Joseph Oughourlian (52) no es el único prohombre detrás de la inversión con la que Amber Capital se mantiene como primer accionista del grupo editorial Promotora de Informaciones (Prisa). El desde 2021 presidente del grupo editor de El País y Cadena Ser ha obtenido apoyo financiero a título personal del magnate italiano Carlo de Benedetti, según ha podido saber este medio a partir de fuentes conocedoras.
De Benedetti, de 89 años, dista de ser un nombre cualquiera a efectos de la industria de los medios de comunicación en Europa. En la hemeroteca española existen alusiones a él como el 'Berlusconi de la Izquierda' por la dilatada ascendencia empresarial que llegó a consolidar sobre medios italianos en sus diversos soportes con esa orientación ideológica, como 'La Repubblica', o ‘La Stampa’.
Un negocio cuya gestión el también exCEO de Fiat y Olivetti acabaría dejando en manos de sus hijos a partir de 2009. Estos acabaron cediendo el control a la familia Agnelli en 2020. Ese mismo año, Carlo de Benedetti volvió a lanzar un medio, ‘Domani’, con una orientación "progresista".
En los últimos meses, el vehículo inversor comandado por Oughourlian, en Prisa desde 2015, ha podido consolidarse como primer accionista con un 29,5%, secundado por Vivendi, los Polanco, Global Alconaba, Utor, Slim y Santander, entre otros
El mismo Oughourlian se refirió al histórico ingeniero y empresario turinés en una entrevista con el diario El País, de diciembre de 2020. "Yo soy de la escuela de Carlo de Benedetti, estuve en su consejo ocho años y fui accionista muchos años de su holding. Todavía somos muy amigos, hablamos a menudo y siempre me ha dicho que si quieres crear valor con un periódico o con los medios en general tienes que ser completamente independiente", decía el entonces presidente en funciones de Prisa. "No he invertido 300 millones para poder hacer favores al Gobierno", remarcaba.
La cantidad que ha tenido que movilizar Amber para sostener el control de Prisa habría crecido desde entonces, y en ese andamiaje financiero habría jugado su papel también el propio Carlo de Benedetti, antes mentor, luego amigo y finalmente socio del empresario y financiero francés con raíces armenias y libanesas.
Oughourlian crece en Prisa, expectante
En los últimos meses, el vehículo inversor comandado por Oughourlian, en Prisa desde 2015, ha podido consolidarse como primer accionista con una participación superior al 29,5%. Un porcentaje que le ha situado al borde de la obligación de lanzar una Oferta Pública de Adquisición sobre el principal grupo de prensa en España con proximidad al actual Gobierno socialista.
"El grueso de esta inversión es personal, así que yo le veo un plazo muy distinto del habitual del fondo", aseguró Oughourlian en una nueva entrevista con El País el pasado mes de junio en la que enfatizaba que "estoy en Prisa para quedarme, quiero vivir los años buenos que tenemos por delante".
El futuro de Prisa puede verse mediado por el hito de que el grupo consiga por fin tener su canal en la televisión en abierto. Y es que esta misma semana ha trascendido que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se plantea abrir un nuevo canal en abierto en la Televisión Digital Terrestre.
Un futuro que podría verse mediado por el hito de que el grupo consiga volver a tener su canal propio en la televisión en abierto. Y es que esta misma semana ha trascendido que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se plantea abrir un nuevo canal en abierto en la Televisión Digital Terrestre.
Cómo avanzó El Independiente, Sería uno de los directivos del grupo mediático y gurú del presidente del Gobierno, el propio exdirector ejecutivo de La Sexta José Miguel Contreras, el que está alentando la operación en plena cruzada de Moncloa contra las ‘fake news’ tras el estallido del caso Begoña Gómez.
En esta ocasión, la jugada televisiva de Sánchez redimiría los vaivenes de José Luis Rodríguez Zapatero en torno a la compañía editora del diario El País y de la Cadena Ser de finales de la primera década del siglo. Entonces, el expresidente socialista maniobró de forma tal que acabó erosionando la hegemonía mediática sobre la izquierda de Prisa en favor de La Sexta y de empresarios como Jaume Roures, lo que marcó un quiebre en la relación de los socialistas con su histórico medio de referencia.