La electricidad en España se paga este viernes a un precio medio de 177 euros megavatio hora (MWh), frente a los 303 euros que cuesta en el mercado francés. Una diferencia de precio del 72% que tiene un efecto llamada para Francia, gracias a la compensación del coste del gas que pagan los españoles. La factura que pagan los hogares para que sus vecinos puedan importar luz a este precio se eleva hasta los 3,5 millones de euros al día. 

El límite al gas es lo que marca esa diferencia. La medida exige a los hogares, de momento aquellos acogidos a la tarifa regulada y ya se irán incorporando los del mercado libre, que paguen un precio ‘extra’ que compense que los productores de electricidad con gas vendan el megavatio hora muy por debajo de sus costes. Este precio 'extra', en los primeros tres días de la vigencia de la medida, ronda los 100 euros/MWh.

En los tres días que lleva el límite al gas operativo, la exportación media a Francia desde España en el mercado diario ronda los 1.400 megavatio hora. Como detallan desde el sector, si se tiene en cuenta que este nivel de intercambio se produce durante las 24 horas del día y con una diferencia en el precio del gas de 100 euros/MWh, la factura diaria ronda los 3,5 millones y el acumulado total de la factura que han pagado los españoles para que Francia disfrute del límite al gas es de 10,5 millones de euros.

Bruselas obligó a España y Portugal mantener abierta la interconexión con Francia. La propuesta inicial de los socios ibéricos contemplaba crear dos mercados: uno para el consumo interno y otro para la exportación. Una distorsión que la Comisión Europea no permitió y, si se quería la ansiada ‘excepción ibérica’, tenía que ofrecer esta energía subvencionada a sus vecinos. 

Factura total de 2.000 millones

La medida ha tenido un efecto llamada para Francia, tal y como se esperaba. Desde el sector energético compartieron con Vozpópuli durante la negociación con la Comisión Europea que el coste total para los consumidores españoles de mantener abierta esta interconexión con el país vecino tendría un coste total cercano a los 2.000 millones de euros durante su vigencia, que es hasta el 31 de mayo de 2023. 

Aunque destacaban que no era el único impacto. El aumento de las exportaciones obliga también a elevar la producción de electricidad con las centrales de gas y carbón ubicadas en España, incrementándose con ello el importe total de las subvenciones a las centrales que usan combustibles fósiles. Un escenario que lleva a los consumidores españoles a financiar la producción de electricidad que sería exportada a Francia.

Otro impacto indirecto de la medida se espera que sea un incremento en el consumo de gas de 62 teravatios-hora (TWh). El incremento en el coste de compra de gas provocará nuevas compras en el mercado de gas, que ascenderían a 6.200 millones de euros al año, junto con un repunte de las emisiones de España de 12.600 millones de toneladas de CO2. La compra de derechos de emisión de CO2 en España para cubrir dichas exportaciones de electricidad se estima que suba en 1.100 millones de euros al año.

¿Compensará Francia? 

El real decreto que publicó el Gobierno el pasado 14 de mayo detallaba que, “excepcionalmente” y “mientras se encuentre en vigor el mecanismo de ajuste”, el valor adicional de las rentas de congestión, la diferencia de precios entre ambas áreas interconectadas, obtenidas en las subastas mensuales de asignación de capacidad en la interconexión con Francia se dedicarían para aliviar el coste total del límite al gas.

Es decir, España se comprometió en su ley a pasar esta factura a Francia por los bajos precios que iba a disfrutar. El Gobierno explicaba tras anunciar la medida que las rentas de congestión de Francia serán empleadas “en su totalidad” por el operador del mercado para minorar el coste total del ajuste. Unas rentas de compensación que, según insisten desde el mercado, está lejos de compensar la factura actual de 3,5 millones al día para poder realizar este intercambio que pagan los hogares españoles. 

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