Economía

La otra cara del retraso de la jubilación: el riesgo de mortalidad temprana es "significativamente" mayor

Un año de demora en la salida del mercado laboral eleva el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años en las ocupaciones más físicas, según un estudio de Fedea

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Un grupo de jubilados en un parque de Madrid. EFE

Retrasar la edad de jubilación aumenta el riesgo de una mortalidad temprana, de forma que demorar un año la salida del mercado laboral eleva "significativamente" el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años, especialmente en los sectores y ocupaciones físicamente más exigentes y sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental.

Así lo revela un estudio publicado este miércoles por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), en el que se afirma que este riesgo de mortalidad temprana es "mucho menor" entre aquellos trabajadores que tienen acceso a mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad.

El informe de Fedea se sirve de un experimento generado por la reforma española de 1967, en la que se modificó la edad de jubilación anticipada en función de la fecha en la que los individuos comenzaron a cotizar al sistema de Seguridad Social, endureciendo así el acceso a esta figura para un subconjunto de cohortes de trabajadores.

En concreto, dicha reforma establecía que aquellos que comenzaron a cotizar antes del 1 de enero de 1967 podían jubilarse voluntariamente a partir de los 60 años, mientras que el resto, con algunas excepciones, tenían que esperar hasta los 65 años.

Los autores del estudio investigan los efectos de la citada reforma sobre la edad de salida del mercado de trabajo y los de esta última sobre la mortalidad en edades cercanas a la de jubilación.

Así, el estudio presta especial atención a cómo varían los efectos sobre la mortalidad dependiendo de las características de los puestos de trabajo y la flexibilidad de la jornada.

La jubilación en España

España ha dedicado 12.828,77 euros a las pensiones solo en agosto de 2024, lo que ha supuesto un incremento del 6,56% con respecto al mismo mes del año pasado. Son las pensiones de jubilación las que más presupuesto tienen, se le han dedicado 9.378,57 euros más por encima de las pensiones de viudedad, incapacidad permanente, orfandad y las de favor familiar. 

En el último mes, se han registrado 10,2 millones de pensiones a 9,2 millones de personas en la nómina de gasto, lo que representa un 1,38% más si se compara con los datos de julio, según los datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Por otra parte, la edad para pedir la jubilación anticipada voluntaria se ha retrasado este año hasta los 64 años y medio para los trabajadores que hayan cotizado menos de 38 años, y los 63 años si cuentan con más de 38 años de cotización. Se puede pedir hasta dos años antes de la edad legal de jubilación y en 2023 el 33% de los jubilados fueron gracias a este tipo pensión.

Asimismo, la edad de jubilación se puede rebajar en ciertos sectores profesionales, cuyos trabajos sean de naturaleza "penosa, peligrosa, tóxica o insalubre", como personal de vuelo en trabajos aéreos, mineros, trabajadores ferroviarios, artistas, profesionales taurinos, bomberos, policías, etc.

El coste de las jubilaciones

"Los resultados muestran que retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta significativamente el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años. El riesgo se concentra especialmente en los sectores y, especialmente, las ocupaciones físicamente más exigentes y las sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental, y es mucho menor para los individuos que tienen acceso a mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad", sostiene el informe.

Con base en estos resultados, los autores del estudio calculan el coste o beneficio social de restringir o eliminar la opción de la jubilación anticipada y muestran que "el impacto adverso sobre la esperanza de vida supera las ganancias fiscales".

Utilizando el valor de un año de vida ajustado por calidad a los 60 años en España, el estudio señala que un aumento de 0,46 años en la edad al morir se traduce en una pérdida social valorable en 8.564 euros por cada individuo.

Por otro lado, Fedea sostiene en este estudio que dicha reforma supone un retraso en la salida del mercado laboral que genera, en promedio, una aportación adicional al sistema de pensiones y unos ingresos fiscales de 1.925 euros.

Además, debido a que tal reforma conduce a una mortalidad temprana, la Seguridad Social ahorra 3.228 euros por jubilado en beneficios de pensión. Como resultado, defiende Fedea, la Seguridad Social obtiene una ganancia fiscal de 5.213 euros gracias a la reforma.

"En suma, los ahorros fiscales derivados del retraso en la jubilación y la reducción de la duración de los pagos de las pensiones no compensan la pérdida social asociada a la reducción de la esperanza de vida, lo que sugiere que la reforma no es económicamente beneficiosa en el contexto más amplio del bienestar social", concluye el estudio.

Cuidar la salud de los trabajadores

Para Fedea, los resultados de este informe apuntan a la necesidad de diseñar "con cuidado" los detalles de las políticas de jubilación, atendiendo a sus posibles efectos sobre la salud de los trabajadores.

"Es importante, en particular, tener en cuenta el grado de exigencia física, emocional y mental de las distintas ocupaciones a la hora de fijar las edades mínimas y legales de jubilación, que no pueden ser iguales para todos", alega.

Asimismo, aboga por introducir, con carácter general, mecanismos flexibles de jubilación anticipada y parcial que permitan a los trabajadores modular sus horas de trabajo en la parte final de su carrera laboral.

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  • B
    Bluesman

    Ja, ja, ja. El mayor anhelo del gobierno es que los españoles que llevan toda una vida trabajando se mueran a los 65 y no cobren. En efecto, en pocos años a muchos ya no les hará falta morirse para no cobrar.