La confianza empresarial ha sufrido su mayor caída en ocho meses. Lo dice la Comisión Europea, que a través del análisis de las encuestas detecta una pérdida en el último mes de mayo de 3,2 puntos. No se registraba un descenso tan grande en el índice de sentimiento económico desde septiembre de 2023, un mes marcado por la incertidumbre e inestabilidad política tras las elecciones generales de julio.
Ahora la situación no es muy diferente. A finales de abril el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, amagó con dimitir a raíz de la imputación de su mujer, Begoña Gómez. Los empresarios también han manifestado recientemente su preocupación por la calidad normativa y la independencia de las instituciones. A esto se suman otras amenazas económicas, como la persistente inflación y los tipos de interés.
Por sectores, en tres de los cuatro ha empeorado la confianza: en la industria, en los servicios y en el comercio minorista. Este indicador de sentimiento económico también incluye a los consumidores, quienes se han mostrado más confiados acerca del futuro económico más próximo, al igual que los empresarios dedicados a la construcción, según los datos difundidos por Bruselas.
Crece en Italia, Francia y Alemania
Todos los Estados miembros de la UE llevan a cabo encuestas de sentimiento económico y, sobre éstas, la Comisión Europea construye su propio indicador agregado y comparable para todos los países. El caso de España es la excepción entre las grandes economías europeas. En Francia, Italia y Alemania la confianza empresarial ha crecido en mayo en 1,5, 0,8 y 0,8 puntos, respectivamente.
"Para las economías más grandes de la UE, el indicador de sentimiento económico mejoró significativamente en Francia (+1,5) y los Países Bajos (+1,1) y más moderadamente en Alemania (+0,8) e Italia (+0,8), mientras que se deterioró notablemente en España (-3,2) y Polonia (-1,5)", destaca la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros de la Comisión, en su comunicado.
El indicador de sentimiento económico en España se sitúa actualmente en niveles lejanos a su máximo, alcanzado en el año 2000, casi 15 puntos por debajo. También es significativamente inferior a la que se percibía en 2019, antes de la crisis sanitaria y la guerra en Ucrania, alrededor de cinco puntos menos.
La confianza empresarial y la inversión
Las expectativas económicas de los empresarios afectan directamente a uno de los componentes claves del Producto Interior Bruto (PIB) del país: la inversión. Se sitúa aún un 2% por debajo del nivel que tenía en 2019, siendo la única variable que no se ha recuperado del varapalo sufrido en la pandemia.
En 2023 apenas aumentó un 0,8% en media anual, frente al 3% que auguraba el Gobierno y el 2,4% de la Comisión. En este contexto, y pese a la mejora registrada en el primer trimestre del año, el Gobierno rebajó en el cuadro macroeconómico que envió hace unas semanas a la Comisión Europea su previsión de crecimiento de la inversión empresarial del 4% al 2,8% para este año. Un 30% menos.
Tras el pronóstico del Ejecutivo, la propia Bruselas también ha recortado sus expectativas sobre el crecimiento de la inversión empresarial en España, del 3,4% que auguró en noviembre de 2023 (las últimas previsiones completas) al 1,9%. En este caso, un 44% menos. Retrasa, como el Gobierno, parte del crecimiento esperado para este año ya al 2025.