Han pasado ya cuatro años desde la pandemia y un componente clave para la actividad económica del país, la inversión, todavía no se ha recuperado. Tras un 2023 flojo, la formación bruta de capital fijo experimentó un empujón en el primer trimestre de este año, pero aún así sigue un 2,2% por debajo del nivel que tenía al cierre de 2019, antes de que se iniciara la crisis sanitaria.
Es, de hecho, el único componente del Producto Interior Bruto (PIB) que no ha recuperado todavía los niveles prepandemia. El consumo público es el que más ha avanzado, con un crecimiento del 11,3% respecto al nivel que tenía en el cuarto trimestre de 2019; las exportaciones, un 10,4%, las importaciones, otro 6,9%, y el consumo privado apenas ha conseguido de momento estar igual que entonces.
La formación bruta de capital fijo es, por tanto, el componente más retrasado, pero hay heterogeneidad si se mira por tipo de inversión. Por ejemplo, aquella no material, en productos de propiedad intelectual, sí es ahora superior a la de 2019 en un 6,3%. Sin embargo, la inversión en maquinaria y bienes de equipo sigue 6,2 puntos por debajo de los niveles prepandemia, y la inversión en construcción, un 2,6%.
Además, los datos no permiten distinguir entre inversión privada o pública pero la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) calcula en su Informe sobre los presupuestos iniciales de las AAPP 2024 que a finales de 2023 el nivel de la inversión privada en términos reales sería un 8% inferior al registrado en 2019, mientras que la pública se encontraría más de un 30% por encima de la de ese año.
"En términos nominales se observa como la inversión pública neta, tras casi una década de contracción, habría sido nuevamente positiva, en tanto que la privada permanece estancada", destaca AIReF en el documento. De hecho, incluso decreció ligeramente en 2023 respecto a 2022 (unos 1.000 millones menos), frente al notable incremento que experimentó la inversión pública (se duplicó).
Los fondos europeos
Este retraso de la inversión sorprende, sobre todo, teniendo en cuenta la importante inyección de fondos europeos con el programa Next Generation EU. España ha recibido ya 38.000 millones de euros, de los que se habría ejecutado realmente la mitad. Aunque la información en Contabilidad Nacional no es pública desde 2021, la AIReF también estima una ejecución de 18.900 millones entre 2021 y 2023.
Para los dos primeros años utiliza la estimación de la Comisión Europea, que proporciona la ejecución en términos de PIB. Para 2023, son estimaciones propias. "En términos de ejecución real, lo más ajustado es la Contabilidad Nacional, porque recoge la inversión según se va ejecutando", explicó hace unos días la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero.
Si se tiene en cuenta todo el dinero que España puede recibir hasta 2026, 136.000 millones entre subvenciones y préstamos, sólo se habría ejecutado un 12%. España es el país que más dinero a fondo perdido tiene asignado bajo el mecanismo Next Generation EU, cerca de 80.000 millones en forma de subvenciones, a los que puede sumar 83.000 millones en préstamos en condiciones ventajosas.
En su último informe sobre las vulnerabilidades macroeconómicas de nuestro país, la Comisión Europea destaca que "España sigue siendo uno de los países de la UE con menor inversión en I+D como porcentaje del PIB". En concreto, pone el foco en la inversión en I+D por parte de las empresas, "muy inferior a la media de la UE" (0,8% del PIB frente a la media de la UE del 1,5%).
Invertir el 2% del PIB en I+D era uno de los propósitos que se marcó el Gobierno con el despliegue de los fondos europeos Next Generation EU. Sin embargo, al menos en los dos primeros años de ejecución del Plan de Recuperación al que está asociado el dinero europeo, ese objetivo no se consiguió.
