Economía

¿Está manipulando el Gobierno los datos de empleo y paro?

Tras la polémica de los fijos discontinuos que no se contabilizan en el paro, el Ministerio de Seguridad Social ha cambiado la fórmula para calcular el empleo creado en el mes, lo que mejorará los datos hasta mayo

  • El ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. -

Los datos de empleo y paro están en el punto de mira. Primero, porque la reforma laboral de Yolanda Díaz ha disparado el número de contratos fijos discontinuos firmados a lo largo del año, lo que tiene un impacto positivo en el paro registrado que el Ministerio de Trabajo exhibe cada mes. Al menos 600.000 fijos discontinuos en realidad están sin trabajo y sin sueldo, pero no figuran en la estadística. Esto siempre se ha contado así, pero el peso que han ganado y la falta de datos sobre inactivos demandantes de empleo ha llevado a servicios de estudios y expertos a reclamar a Trabajo más información.

A esto se suma ahora que el Ministerio de Seguridad Social ha comunicado esta semana un cambio en la fórmula que utiliza para 'limpiar' los datos de empleo de efectos estacionales (es decir, para obviar que todos los eneros, por el efecto que tiene el fin de la Navidad, se destruyen 200.000 empleos y ver cuál es la tendencia real del empleo). Esto hace que, por ejemplo, en enero caiga el empleo en términos originales y crezca en términos desestacionalizados, como pasó el pasado año.

La desestacionalización (como se denomina a esta depuración de los datos) lo que hace es redistribuir el comportamiento de la serie en el conjunto del año, teniendo en cuenta el comportamiento histórico de años anteriores, aunque el promedio de las variaciones tienen que compensarse entre sí y al final del año el aumento de la afiliación tiene que acabar sumando lo mismo.

Esta es una práctica estadística habitual que llevan a cabo numerosos organismos económicos, la cuestión está en qué metodología se utiliza y qué factores se incluye en esa ecuación. Durante los últimos meses, la metodología del Ministerio de Seguridad Social había despertado dudas al chocar sustancialmente desde el verano con las 'desestacionalizaciones' que elaboraba BBVA Research, el servicio de estudios de la entidad bancaria. Los datos de ambos no casaban y hubo meses, como julio, en los que incluso unos (el Ministerio) decían que el empleo crecía y los otros (BBVA), que bajaba.

La conclusión, echando la vista atrás, es que el método del Gobierno daba mejores resultados en los seis últimos meses del año (justo cuando se empezó a ralentizar el mercado de trabajo) que el de BBVA. El Gobierno defendió entonces su fórmula y cargó con el servicio de estudios de la entidad financiera, asegurando que este hacía el cálculo "a pelo, utilizando de manera lineal un método que cree que no refleja algunas circunstancias".

Ahora, el Ministerio ha comunicado una actualización de su modelo, que consiste en incorporar 'de golpe' los efectos estacionales de 2020, 2021 y 2022. El resultado, que se visualiza al haber actualizado el Ministerio todos los datos mensuales del año 2022, es muy similar al que comunicó BBVA. Lo llamativo es que el Ministerio actualiza ahora este modelo, justo cuando más le beneficia, pues tiene un perfil más alto, es más generoso en el reparto en la primera mitad del año.

Tomando como ejemplo 2022, entre enero y mayo del año pasado se crearon 185.987 empleos en términos desestacionalizados. Sin embargo, de haberse utilizado el nuevo método, el repunte habría sido de 373.089 personas, 187.000 más que los que comunicó. Es decir, que de producirse en 2023 la misma creación de empleo, este año al Gobierno 'le saldrían' 187.000 trabajadores más.

Estos se compensarían más tarde, en la segunda parte del año, con un menor repunte (como se ha explicado antes, por el efecto que tiene la desestacionalización), pero para el segundo semestre, a las puertas de las elecciones generales, se espera que la coyuntura económica sea más favorable que en la primera parte del año, cuando se celebrarán las autonómicas.

¿Manipula Inclusión los datos de empleo? Con la información disponible, los expertos no lo creen. Algunos aplauden que informe de su estadística y que la mejore y observan unos cambios habituales para mejorar la estimación que se venía usando, que en 2022 se ha revelado poco acertada. Recuerdan que se utilice una u otra, las diferencias en un mes o un periodo luego se compensan y que un modelo no puede asegurar los datos de empleo.

Sin embargo, la mayoría de los expertos consultados por Vozpópuli tienen dudas sobre el uso que hace el Ministerio de los modelos y llaman la atención sobre que plantee una revisión de calado cuando el mercado laboral se desacelera y en la entrada de año electoral. Es decir, apuntan a que va eligiendo el modelo según el momento del año que quiere resaltar. El nuevo desautoriza la versión que ha dado el propio Gobierno del empleo en 2022 y concluye que hay un parón desde el verano. Y en 2023 permitirá tener unos datos mejores hasta mayo, coincidiendo con las elecciones autonómicas, según muestra la proyección del sistema. Todo ello, partiendo de unas previsiones y si el empleo se comportara de manera similar. Es decir, el Ejecutivo no puede adivinar qué va a pasar, pero busca la fórmula que prevé que más le beneficiará.

De momento, de cara al pasado, Inclusión venía dando una versión del segundo semestre de 2022 mejor que lo que ahora plantea que ha ocurrido y al futuro, abraza un modelo que mejora la primera parte del año, que coincide con las elecciones autonómicas.

Los fijos discontinuos en el paro

Los fijos discontinuos inactivos -que mantienen un contrato indefinido con una empresa, pero no están trabajando- que afloran en las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) son ya más de 622.184. Tras los fuertes crecimientos registrados en octubre y noviembre, en diciembre volvieron a repuntar en 46.000 personas. El Gobierno no informa de cuántos trabajadores con un contrato fijo discontinuo están en realidad parados, pero puede hacerse una aproximación de aquellos que se inscriben en el SEPE para buscar otro trabajo, recibir formación y/o cobrar la prestación por desempleo si han cotizado lo suficiente.

Como mantienen su contrato con la empresa, aunque carecen de trabajo y sueldo durante un determinado periodo, no cuentan como parados sino como demandantes de empleo con relación laboral. De este dato habría que descontar los trabajadores afectados por un ERTE, una cifra que desde hace meses se mantiene estable en torno a las 20.000 personas, según los registros de la Seguridad Social, y que también se incluyen en la casilla de demandantes de empleo con relación laboral.

Si se compara con diciembre de 2019 (cuando se registraron 301.316 demandantes con relación laboral), también se concluye que hay el doble ahora que entonces.

En todo caso, resulta necesario destacar que estos 600.000 trabajadores fijos discontinuos inactivos son sólo una parte de la fotografía, los que el SEPE registra como demandantes de empleo con relación laboral. Sin embargo, hay trabajadores con un contrato de este tipo que están 'parados' y no se apuntan en las oficinas de empleo, por lo que quedan totalmente fuera de las estadísticas.

BBVA Research y la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) alertaron en noviembre de la "distorsión" que supone en el dato de paro registrado el hecho de que los fijos discontinuos que no están trabajando no se contabilicen. El Gobierno no ha llevado a cabo ningún cambio metodológico, pero sí ha sacado adelante una reforma laboral que ha disparado este tipo de contrato indefinido, lo que implica un impacto estadístico.

Tanto es así que en los meses de octubre y noviembre, de haberse contabilizado los fijos discontinuos inactivos como parados, habrían cambiado el signo de la variación mensual. Es decir, el paro habría pasado de descender (como informó el Gobierno en ambos meses) a crecer. A principios de enero, el Ministerio de Trabajo comunicó una caída mensual del paro de 43.727 personas, cifra similar al crecimiento que experimentaron los fijos discontinuos inactivos.

Esto ha llevado a BBVA Research y Fedea a crear un nuevo indicador, denominado "paro efectivo". Si se hubieran sumado los fijos discontinuos inactivos deducibles de las estadísticas, 2022 se habría cerrado con 3,44 millones de parados (frente a los 2,84 millones que comunicó Trabajo).

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha rectificado su posición de negarse a proporcionar el desglose de cifras de fijos discontinuos que se le reclama y lo ha encargado a los Servicios Técnicos y al SEPE. Así lo trasladaron fuentes del Ministerio de Trabajo el pasado 10 de enero, y explicaron que el detalle de fijos discontinuos inactivos demandantes de empleo no se conoce y nunca se ha conocido, que hay que crear una nueva estadística y que Díaz ha dado la orden y se han puesto a ello, sin que se sepa cuándo va a estar listo el cometido y cuándo se publicará.

Cuando se negaba a dar datos, Díaz, se apoyaba en las comunidades autónomas, y preguntaba que si al cuestionar sus datos el PP estaba diciendo que Isabel Díaz Ayuso o Alfonso Rueda están manipulando cifras, y ha destacado que la estadística se construye a partir de lo que las CCAA reportan al SEPE. Sin embargo, como avanzó 'Vozpópuli', algunas comunidades han planteado dudas. Recibieron en octubre un correo electrónico del SEPE en el que se les comunicaba que el día 25 de ese mes se iba a hacer una limpieza de datos de fijos discontinuos en el paro, que Andalucía ha denunciado públicamente que fue voluminosa, de 53.000 parados en su caso. Los datos recabados con otras autonomías y las cifras públicas de que se dispone apuntan a una limpieza de al menos 73.000 parados en octubre.

Los expertos a los que ha consultado este periódico apuntan a que se trata más de un "cambio de control" que de un cambio metodológico, ya que la metodología es en principio la misma, pero ahora se quiere aplicar con más rigor. Sin embargo, reclaman más transparencia y que no se imputen todas las mejoras a la reforma laboral sin informar de las incidencias estadísticas que están impactando.

Los expertos piden transparencia

A BBVA Research y Fedea se sumó el pasado diciembre el Banco de España. De entrada, destacó que con la reforma laboral la tasa de temporalidad se ha reducido de forma muy intensa y avanzó que ha calculado que la conversión de contratos temporales en indefinidos podría haber contribuido a sostener el gasto agregado en los últimos meses, aumentándolo entre 2.000 y 3.000 millones de euros. Según el supervisor, los empleados con contrato indefinido dedican (en media) un 81% de la renta de su hogar al gasto, mientras que quienes tienen un contrato temporal dedican un 72%.

Sin embargo, también reclamó al Gobierno claridad, transparencia y coherencia estadística respecto a la polémica de los fijos discontinuos y lamentó que realice cambios que dificulten o impidan un seguimiento de la evolución de las series, y se refirió a la moratoria contable concursal que ha decretado el Ejecutivo para 2023 y 2024, que advirtió de que enmascarará la realidad de las empresas en dificultades.

En este sentido se ha pronunciado este miércoles el Círculo de Empresarios. Su presidente, Manuel Pérez-Sala, ha alertado sobre el cambio metodológico de Escrivá y ha considerado que la falta de información en materia de empleo y paro impide conocer de manera fiel la situación real del mercado de trabajo en España.

Estas polémicas también han afectado al PIB y al IPC en el último año, y a la EPA, pero en estos casos, alentadas desde el Gobierno y dirigidas contra el INE. La del IPC, muy intensa cuando la inflación se disparó hace un año, parece haber caído en el olvido cuando ha bajado.

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