La 'colonización' socialista del Banco de España no se ciñe sólo a los puestos de gobernador y subgobernador. Y el control se extenderá más allá de la actual legislatura. Con el doble golpe de mano ejecutado en la última semana, Pedro Sánchez se garantiza la máxima influencia en el Consejo de Gobierno de la institución; incluso, aunque Alberto Núñez Feijóo gane las próximas elecciones generales.
En el supuesto de que Sánchez agote la legislatura, el PSOE seguirá controlando, al menos, cinco sillones del máximo órgano ejecutivo hasta el final de la década. Dos corresponden al gobernador (José Luis Escrivá) y a la subgobernadora (Soledad Núñez), recién designados tras el 'dedazo' presidencial. Los tres restantes corresponden a consejeros, cuyos mandatos vencerán entre 2029 y 2032. De este modo, aún en el supuesto de que el PP se alce con la victoria en unos posibles comicios en 2027, seguiría sufriendo el desequilibrio interno de fuerzas en el Consejo.
Las causas hay que buscarlas en el calendario de vencimientos de los consejeros y en la 'conquista' progresiva que los socialistas han llevado a cabo desde que Sánchez llegó al poder. Escrivá y Núñez tienen seis años de mandato por delante, hasta septiembre de 2030. El actual puesto de Núñez estaba a punto de expirar, el próximo día 28, pero será reemplazarda por otra profesional próxima al ala socialista. Se trata de Lucía Rodríguez, hasta ahora subdirectora general de Endeudamiento Público en la AIReF. Fue asesora directa de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño y permanecerá también en el cargo hasta el inicio de la próxima década.
Hay otros dos consejeros designados por el PSOE cuyos mandatos caducan mucho más allá del fin de la legislatura. El primer caso es el de Judith Arnal, ex jefa de gabinete de Calviño en el Ministerio de Economía. Fue nombrada en febrero de 2023. Por tanto, estará en nómina del Banco de España hasta el mismo mes de 2029.
El siguiente consejero que seguirá pasado 2027 será Carles Manera, ex consejero de Economía en Baleares con el socialista Francesc Antich. Su mandato arrancó en 2020 y expirará en 2026. En manos del Gobierno está reelegirlo o sustituirlo por un perfil similar. En cualquier caso, Sánchez contará con otro 'representante' hasta 2032.
En el Consejo de Gobierno quedan tres miembros elegidos más y sólo uno de ellos ha sido propuesto por el PP. También fue Calviño quien propuso el nombre del economista Luis Servén, en 2021, por lo que será consejero hasta 2027. Que sea sustitudo por alguien más próximo a los socialistas o los populares dependerá, por tanto, de cuándo sean las próximas elecciones generales y de qué partido las gane. Evidentemente, si el PSOE revalida, contará con seis sillones en la cúpula del Banco de España.
Fuera de la órbita socialista está Jordi Pons, nombrado este martes junto a Lucía Rodríguez por el Consejo de Ministros. La elección del economista catalán fue pactada por Sánchez y Pere Aragonès en julio, durante las negociaciones para destascar la investidura de Salvador Illa. Pons es un firme defensor de un vuelco en el sistema de financiación autonómica y tiene publicado un libro con titulado 'El expolio fiscal', donde denuncia el maltrato del Estado a Cataluña.
El único representante del PP es el economista Fernando Fernández, quien, para colmo, llegó al puesto en 2023 de forma accidentada. Génova había elegido previamente a otro economista, Antonio Cabrales, quien tuvo que dimitir tras conocerse sus conexiones con el independentismo catalán.
Más apoyos en el Banco de España
De aquí al final de la legislatura, el Gobierno contará con otras dos voces 'amigas' en el Consejo del Banco de España. Tanto Paula Conthe como Monserrat Martínez son consejeras por designación directa. La normativa vigente proporciona un puesto en el órgano tanto a la secretaria general del Tesoro como a la vicepresidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Ambas, de hecho, habían aparecido en muchas quinielas como candidatas para gobernadora o subgobernadora.
Antes de expirar el mandato de Pablo Hernández de Cos, el pasado junio, algunos analistas habían especulado con la posibilidad de que Sánchez diera un golpe de efecto nombrando a la primera mujer gobernadora. Finalmente, el presidente del Gobierno optó por la vía más polémica, aprobando el salto directo de Escrivá desde un ministerio al Banco de España. Este martes, el líder socialista demostró que era capaz de redoblar la apuesta, eligiendo a alguien tan próximo al PSOE como Soledad Núñez, quien formó parte del equipo de José Luis Rodríguez Zapatero.