A cierre del primer trimestre del año en curso, la población española de más de 16 años ascendía a 39,762 millones, de los que 23,259 millones estaban activos y 16,502 millones, inactivos. La tasa de actividad se situó en el 58,50% y la de paro (con casi 3,175 millones de personas desempleadas), en el 13,75%. A 31 de marzo de este año, estaban ocupadas casi 20,1 millones de personas.
Si los datos se circunscriben a la población de entre 16 y 64 años (30,556 millones), la que se considera que está en edad de trabajar, la tasa de actividad sube al 75,05%, la de paro al 13,75% y la de empleo al 64,74%, que varía en función de si desagregan las cifras entre hombre y mujeres. Los tres primeros meses del año suelen presentar históricamente los peores números anuales del mercado de trabajo dada la estacionalidad de nuestra economía.
Hay un dato que directamente no aparece en la Encuesta de Población Activa, que publica trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística. Se trata de la relación entre las personas inactivas y las activas. El INE define personas activas como “aquellas de 16 o más años que, durante la semana de referencia (la anterior a aquella en que se realiza la entrevista), suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o están disponibles y en condiciones de incorporarse a dicha producción. Se subdividen en ocupados y parados”. A cierre del primer trimestre había en España 23.259.400 personas activas, de las que 20.084.700 estaban ocupadas.
El INE también califica a los inactivos: “todas aquellas personas de 16 o más años no clasificadas como ocupadas o paradas ni población contada aparte durante la semana de referencia, según los criterios de la Organización Internacional del Trabajo”. El INE contabiliza en marzo 16.502.200 personas. Son 84.000 más que en diciembre de 2020.
Por cada cien personas que estaban ocupadas o paradas en España el 31 de marzo pasado había 71 personas inactivas. Es un porcentaje similar, incluso, al que se dio antes de la irrupción de la pandemia y cinco puntos porcentuales mayor que el registrado en la crisis financiera de 2008, situado en esas fechas en el entorno del 66%. Es decir, por cada personas inactiva hay solo 1,4 personas trabajando o en paro, cuando había 1,5 personas. Hay algunas provincias españolas donde la proporción es uno a uno y otras, como Madrid o Baleares, donde hay 1,8 activos por cada persona cuyos ingresos no dependen de su trabajo.
Récord de personas inactivas
La proporción más alta de los últimos veinte años se dio en 2002, cuando el porcentaje de inactivos sobre ocupados y parados alcanzó el 84,97%. Ese año, en el primer trimestre, se contabilizaron 15,835 millones de personas inactivas y solo 18,635 millones de activa. Había entonces 15,87 millones de ocupados, 1,948 millones de parados, una tasa de actividad del 52,57% y una tasa de paro del 10,94%. El PIB llevaba nueve años creciendo ininterrumpidamente y aún estaría otros seis años más.
Ni siquiera en los meses más duros de la pandemia se llegó a alcanzar ese porcentaje. En el segundo trimestre de 2020, con la economía española paralizada desde marzo por la irrupción del Covid 19, los inactivos llegaron a ser el 80,03% de los activos: 17,589 millones frente a 21,975 millones.
El problema es que mientras la proporción de inactivos es en España como media del 71% en relación con los ocupados y parados, en algunas provincias el número de jubilados, pensionistas, estudiantes de más de 16 años, personas con incapacidad permanente, personas encargadas de las labores del hogar… ha superado al número de activos. Es el caso de Orense, donde se alcanza el 106,2%, con 137.900 inactivos y solo 129.900 activos. En Asturias, que a cierre del pasado año rozaba el 100%, se ha superado ya ese umbral, aunque solo sea por 6 décimas. Los inactivos suman 442.300 y los activos, 439.800.
Hay cinco comunidades autónomas con un número de inactivos por encima de la media nacional (70,95%). Son Extremadura, Asturias, Cantabria, Galicia y País Vasco
Hay cinco comunidades autónomas con un número de inactivos por encima de la media nacional (70,95%). Son Extremadura, Asturias, Cantabria, Galicia y País Vasco. Un total de 33 provincias de las 50 que integran España tienen porcentajes también superiores. Tras Orense y Asturias se sitúan Lugo, con una relación del 94,96%, Zamora (94,43%) y León (92,36%). Después están La Coruña, Cádiz, Jaén, Ávila, Palencia y Cáceres, todas ellas con niveles superiores al 85%.
Hay también provincias con excelentes resultados. La mejor, con los datos del primer trimestre, es Madrid. Su relación entre inactivos y activos es del 56,49%, la más baja del país. Eso significa que por cada persona “dependiente” hay 1,8 trabajando o desempleado temporalmente. Le sigue Baleares, también por debajo del 60%. Con una proporción de 1,5 trabajadores por cada inactivo (un porcentaje por debajo del 66,66%) se encuentran Almería, Barcelona, Gerona, Guadalajara, Lérida, Las Palmas, La Rioja y Toledo.
Clasificación de los inactivos
Según la última EPA, los inactivos a los que hace referencia el INE se reparten en 6,649 millones de jubilados o prejubilados (el 40,29% del total); estudiantes, con 3,265 millones (19,87%); gente dedicada a las labores del hogar, con 3,444 millones (20,86%); perceptores de una pensión no procedente de la jubilación, con 1,815 millones (11%), personas con incapacidad permanente (875.300 y el 5,30% del total) y cerca de 418.000 catalogados bajo el epígrafe “otros”. Hay, además, 3.900 personas que realizan trabajos sociales o actividades benéficas sin obtener remuneración alguna.
En relación con 2008, los porcentajes han variado sustancialmente. Los pensionistas, en su conjunto, representaban entonces el 46% del total, con 7 millones; por delante de las amas de casa, con el 29%; estudiantes, con el 15%, y las personas con incapacidad permanente que absorbían el 7,6% de la cifra global. ¿A qué es achacable este cambio? Fundamentalmente, al envejecimiento la población (hay 1,4 millones de jubilados más), el aumento de los años de escolarización (que retrasa la entrada en la fuerza laboral) y a la mayor incorporación de la mujer al mercado laboral. Y, cómo no, a las circunstancias económicas de cada época.
¿Cuales son las razones principales de la inactividad de las personas? Según las respuestas facilitadas al INE, en los hombres, la jubilación (39,8% de los casos), y en las mujeres, la realización de cursos de formación (21,6%, por 21% de jubilados). La prolongación de la enseñanza es la segunda razón más argüida por los varones (27,4%). Las obligaciones familiares y el cuidado de niños, enfermos y mayores justifica un 21% de la inactividad de las mujeres y sólo el 2,5% en el caso de los hombres.