Economía

Montero piensa en Espadas como su 'as en la manga' para sustituir a Ribera en Transición Ecológica

La vicepresidenta primera quiere aumentar la presencia de los socialistas andaluces en el Ejecutivo ante la inminente salida de su compañera a Bruselas. El líder del PSOE-A es su candidato

Hacienda se embolsa 703 millones en sólo seis meses con el 'impuestazo' a las 'big four' energéticas
La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Europa Press

Una posible renovación del Gobierno de Pedro Sánchez planea en el ambiente. Aunque hay cargos que sí o sí tendrán que cambiar. Si nada lo impide, Teresa Ribera se irá a Bruselas y se quedará vacante la cartera energética del Ejecutivo. Una oportunidad para que la todopoderosa vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, presione para aumentar el cupo de socialistas andaluces en el Consejo de Ministros. 

Según explican fuentes conocedoras, la figura del secretario general del PSOE-A, Juan Espadas, cada vez toma más fuerza como posible sustituto de la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Espadas cumple la figura de gran representante del PSOE de Andalucía y tiene, además, un pasado vinculado a la tarea del medio ambiente que encaja en el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

Su partida definitiva a Madrid, donde ya ejerce como portavoz socialista en el Senado, aliviaría la presión interna a la que se ve sometido por su desempeño en Andalucía. Juan Espadas fue una ficha movida por Ferraz. Pero a Pedro Sánchez se le está agotando la paciencia con él, que llevan casi tres años al frente de la federación socialista más grande. Ferraz ya señala abiertamente el "gran problema" de Andalucía. Espadas ha sido señalado y, según las fuentes consultadas en el partido, haría bien en prepararse para una embestida que les descabalgue.

Los movimientos de Susana Díaz

De hecho, en el PSOE andaluz ya se mueve la expresidenta Susana Díaz, quien metió el dedo en la yaga para restregar a Sánchez y a Espadas que ahora ambos firmarían sus resultados de 2018. El PP ha ganado con normalidad en cada elección en Andalucía desde que Juanma Moreno es presidente. Y eso preocupa mucho en un partido que siempre tuvo más allá de Despeñaperros uno de sus graneros de voto más importantes junto con Cataluña.

El PSOE está empeñado en circunscribir los resultados en Andalucía a una mera cuestión de cambio social autonómico. Pero olvida que Andalucía no es un subsistema electoral extraterrestre, como pueden serlo Galicia, Cataluña o País Vasco. Los andaluces votan en sus comicios con más conciencia nacional que catalanes, vascos y gallegos. Y el temor es ese, que hayan girado ya hacia al PP y sean irrecuperables.

Espadas ocupó durante una década cargos vinculados con el medio ambiente en la Junta de Andalucía durante la presidencia de Manuel Chaves. Este abogado de formación quiso especializarse en asuntos medioambientales con un máster en políticas y gestión medioambiental en la Universidad Carlos III. De esta manera, María Jesús Montero le daría la oportunidad de liderar la política energética en un momento donde el cambio climático y la descarbonización de la economía son puntos estratégicos de los gobiernos europeos. 

Lidiar con el sector energético

Aunque tendrá que lidiar con un sector energético que destaca por su buena relación con el Gobierno. Y para ello se necesita algo más que conocimiento en asuntos medioambientales. Empresas como Iberdrola, Repsol, Endesa o Naturgy tendieron la mano a Ribera en 2018 para lograr una colaboración en su proceso de descarbonización. Una relación que ha cambiado.

El famoso ‘impuestazo’, la gran actividad regulatoria tras la crisis energética y la imposición de una estrategia energética sin consenso, han puesto ‘de uñas’ al sector con el Ministerio de Transición Ecológica. Pero hay más actores cabreados y dentro del PSOE de Andalucía hay unos cuantos que ahora recelan de todo.

Es importante tener en cuenta el mosqueo de buena parte del socialismo andaluz con Montero, además de con el propio Espadas. Y todo por el pacto fiscal suscrito entre Moncloa y ERC para Cataluña. El propio Espadas, obligado a no criticarlo abiertamente, ya fue tibio al conocerse, cuando advirtió que los andaluces no deben ser menos. Aunque poco después le dio un voto de confianza a la espera de las explicaciones de la cúpula federal de su partido, que aún no ha dado detalle alguno.

Otras alternativas a Ribera 

El nombre de Juan Espadas suena estos días en los despachos de las grandes compañías energéticas. Pero no es el único. Lo primero es que desde el sector se da por sentado que Teresa Ribera será comisario de Energía en el nuevo equipo de Úrsula Von der Leyen. Con la salida de Josep Borrell, Sánchez necesita un nuevo representante en la Comisión y Ribera cumple todos los requisitos para liderar la estrategia ‘verde’. Sus grandes escollos será convencer a los franceses por su etiqueta de ‘antinuclear’ y la corriente más conservadora que lidera Giorgia Meloni. 

El otro nombre que suena con más fuerza para cubrir la plaza de Ribera es Manuel de la Rocha, secretario general del Departamento de Asuntos Económicos y G20 en Gabinete de la presidencia del Gobierno. Una persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez que en todas las renovaciones suena con fuerza para asumir alguna cartera económica. Y Transición Ecológica lo es. 

Su nombre causa cierto recelo entre las empresas. Pese a su papel de ‘facilitador’ de las inversiones en España y experto en asuntos económicos, su figura recuerda en parte a otros técnicos que asustan con sólo nombrarlo en un despacho energético como es el caso de Álvaro Nadal. Eso sí en el PSOE le ven de ministro. "Le pega en estos momentos tomar las riendas de una cartera", reconoce una fuente del partido que le conoce bien.

Por último, existe la posibilidad de sustituir a Teresa Ribera con un ascenso interno como ha sucedido con Nadia Calviño con Carlos Cuerpo en el Ministerio de Economía. El primer nombre que aparece es Sara Aagesen, actual secretaria de Estado de Energía, con un perfil muy técnico y muy ligada a Teresa Ribera. El segundo es Joan Groizard, director general del Instituto para el Ahorro y la Diversificación de la Energía (IDAE). Dos perfiles que tienen menos papeletas por su papel de ‘técnicos’ en un Gobierno ‘muy político’. Por ello, la figura de Juan Espadas es el ‘as en la manga’ que desde el sector energético esperan que saque María Jesús Montero. 

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