Economía

Sánchez aboga por imponer a Escrivá como gobernador del Banco de España de forma unilateral

Las negociaciones entre PSOE y PP están en vía muerta a dos semanas de que expire el mandato de Delgado. Moncloa se resiste a aceptar un candidato alternativo al ministro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el nuevo gobernador, José Luis Escrivá. EP

Sólo un giro inesperado de guión puede impedir que Pedro Sánchez imponga a José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España. A dos semanas escasas de que expire el mandato de la subgobernadora -y gobernadora en funciones-, Margarita Delgado, las negociaciones entre el PSOE y el PP están totalmente estancadas. Y en Génova empiezan a asumir que el Gobierno nombrará de forma unilateral e inminente al ministro de Transformación Digital y Función Pública.

En los cuarteles generales del PP sobran las razones para el pesimismo. Fuentes próximas a las negociaciones aseguran que el Gobierno se mantiene firme en su decisión de designar a Escrivá como sucesor de Pablo Hernández de Cos. Moncloa no han planteado ningún candidato alternativo al PP desde que confirmó que el ministro era el 'elegido', el pasado 11 de julio. Ese mismo día, Vozpópuli había desvelado la verdadera razón que venía bloqueando un posible acuerdo. Desde que expiró el mandato de Hernández de Cos, el 10 de junio, se habían puesto distintos nombres sobre la mesa. Sin embargo, el PSOE se empeñó en colar "con calzador" a Escrivá como gobernador.

Las intenciones del Gobierno no han variado y así se lo han hecho saber a Génova los negociadores del Ejecutivo, liderados por el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. Del lado popular, las negociaciones siempre han estado encabezadas por Cuca Gamarra. Alberto Núñez Feijóo encomendó a la secretaria general del PP la misión de pactar los nombramientos pendientes en distintas instituciones (como la CNMV o la CNMC). Los más sensibles son los del gobernador y el subgobernador del Banco de España, acordados tradicionalmente entre el Gobierno y el principal partido de la oposición.

El pacto para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) alentó la posibilidad de que PSOE y PP pactaran el relevo de Hernández de Cos y Delgado. Pero la candidatura de Escrivá dinamitó los puentes. Precisamente, porque la elección de un ministro en activo contravenía, según el PP, el espíritu del pacto de la Justicia, que prohibía cualquier puerta giratoria.

La elección de Escrivá es una línea roja para Génova y chirría sobremanera en el sector financiero. Y no por la valía profesional del ministro, sino por su implicación en decisiones gubernamentales de calado, sobre las que el Banco de España habitúa a pronunciarse. Un buen ejemplo es la última reforma de las pensiones, impulsada por Escrivá y cuya sostenibilidad ha sido cuestionada en más de una ocasión por el ex gobernador Hernández de Cos. Y lo mismo ocurre con los Presupuestos Generales del Estado, en cuya elaboración colabora el Ministerio de Escrivá y sobre los que el Banco de España también opina. Sin ir más lejos, el techo de gasto y el cuadro macroeconómico que sirve de base a esos Presupuestos fue aprobado el pasado 16 de julio, en una reunión del Consejo de Ministros en la que participó el candidato de Sánchez a gobernador.

Fuentes próximas a la negociación admiten que los contactos han entrado en vía muerta. Y la cuenta atrás está a punto de expirar. Dado que el mandato de Margarita Delgado finaliza el próximo miércoles 11 de septiembre, a Sánchez sólo le quedan dos reuniones del Consejo de Ministros para aprobar el nombramiento: el 3 y el 10 de septiembre. La ley obliga al ministro de Economía, Carlos Cuerpo, a defender previamente la elección en el Parlamento. Por lo tanto, lo más probable es que Moncloa anuncie -o filtre- el nombre definitivo la próxima semana.

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, EP

Interinidad en el Banco de España

Hay otra alternativa, pero poco probable por el estupor que generaría. El Ejecutivo podría prorrogar el mandato interino de Delgado. Esa posibilidad obligaría a la subgobernadora a acudir, de nuevo, a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE en Fráncfort. La cita está a la vuelta de la esquina, el próximo 12 de septiembre. Delgado ya tuvo que asistir al último encuentro, celebrado el 18 de julio. Era la primera vez en 26 años de historia de la institución que España enviaba a un representante provisional al encuentro donde se decide la política monetaria de la Eurozona.

Lo que preocupa en Fráncfort no es la presencia de Delgado -experimentada y 'vieja conocida' en el BCE-, sino la causa de su asistencia como gobernadora en funciones: la falta de entendimiento entre el Gobierno y la oposición para pactar un nombramiento clave para el país. También sorprende que Moncloa no haya contactado en las últimas semanas, ni por los cauces oficiales ni oficiosos, para dar una explicación sobre la situación inédita que vive el banco central de una de las principales economías de la Eurozona.

Exit mobile version