El nuevo CEO de Santander España cambiará la primera línea directiva y hará más fichajes antes de fin de año

Habrá más movimientos en Santander España. Ignacio Juliá, ex de ING, todavía no ha tomado posesión de su cargo (oficialmente desembarcará en la filial en octubre), pero ya prepara cambios en el comité de dirección y más fichajes antes de final de año, según trasladan a Vozpópuli fuentes financieras. Es probable que recurra a su antigua casa para tratar de acelerar la transformación digital de Santander España.

Fuentes oficiales del Santander no hicieron comentarios al respecto. Dar una vuelta de tuerca más a la digitalización de la entidad es la razón principal que esgrimió el Santander para justificar el relevo de Ángel Rivera por Juliá, dentro de un plan ambicioso para generar “mayor crecimiento y eficiencia”.

Rivera, hombre muy cercano a Héctor Grisi, consejero delegado del Santander, llevaba tiempo queriendo salir de la entidad tras chocar con Ana Botín sobre el nuevo modelo a aplicar en la filial, como trasladan fuentes internas. Grisi, consciente de las pretensiones de su directivo de confianza de dejar el banco, se alineó con Botín y avaló el relevo.

Dudas dentro de la plantilla

El nuevo responsable de Santander España ha sido uno de los grandes protagonistas de la trayectoria de ING desde su lanzamiento como primer banco digital en España en 1999. Los últimos tres años como primer ejecutivo del banco online de matriz holandesa. Dentro de la plantilla del Santander han surgido dudas sobre si implantará un modelo similar al de ING, que opera casi sin oficinas: sólo tiene 29 sucursales en España. Pero, como indican fuentes financieras, se seguirá apostando por un servicio híbrido basado en oficinas y banca online.

"La cúpula del Santander defiende un modelo mixto entre banca digital y sucursales. El nuevo CEO para España procede de ING, que apuesta por ser una entidad 100% online con una presencia física testimonial

“Para el cliente de banca minorista, el más numeroso, estamos llevando a cabo una transformación global para convertirnos en un banco digital con sucursales. Combinar lo mejor de un banco digital con nuestra red de oficinas y presencia local para asesorar y apoyar mejor a nuestro clientes”, defendió Ana Botín en una de las últimas juntas de accionistas.

Un mensaje en el que insiste la cúpula del Santander desde hace tiempo. A cierre de junio, según los últimos datos disponibles, el banco tiene desplegadas 1.833 sucursales en todo el territorio español, tras cerrar medio centenar en los últimos doce meses. Se trata de más de un cuarto de la red del grupo en el mundo (un 22% del total). La plantilla de la filial española asciende a 24.229 empleados.

El plan de Juliá

“Juliá no exportará al 100% el modelo de ING de no apostar por las oficinas”, indican fuentes conocedoras de los planes del nuevo CEO de Santander España. No se esperan ni cierres de oficinas ni despidos masivos, al menos, en el corto plazo.

Con el fichaje de Juliá, Botín rompió una tradición de años en la casa al recurrir a la competencia en lugar de promocionar a directivos de la casa. Un cambio de paradigma que sorprende tanto dentro como fuera de la entidad.

"La filial española del Santander es la que más beneficio aporta al grupo, con una rentabilidad Rote de más del 20%. Pero tiene margen para mejorar la tasa de eficiencia, situada en el 34%

“Es llamativo que para liderar el negocio en España el Santander no haya encontrado a nadie de la casa. Es una nueva cultura en el grupo”, señalan fuentes próximas a la entidad. Esta nueva era parece que será completada por Juliá con una primera línea directiva afín y con incorporaciones en áreas clave como la de banca comercial.    

La filial del Santander en España es la que más dinero genera para el grupo. Después de años eclipsada por el negocio de Brasil y el impacto de los bajos tipos aplicados por el Banco Central Europeo (BCE), ha recuperado el liderazgo como primer mercado: con 1.756 millones de beneficio. La rentabilidad sobre patrimonio tangible, conocida como ROTE, supera el 20% y la ratio de eficiencia, que mide el nivel de ingresos sobre gastos y es mejor cuanto más baja, alcanza el 34%. En esta última partida, los expertos consideran que tiene margen de mejora.