Economía

Talgo cae el 10 % tras levantar la CNMV la suspensión de su cotización

El Gobierno defiende que la compra por parte de Magyar Vagon "conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público"

Talgo S106 o Talgo Avril

Talgo ha vuelto a cotizar a las 14.45 horas de este martes tras la suspensión de negociación por parte de la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV), con caídas cercanas al 9%.

El regulador suspendió a las 12.36 horas su cotización tras las primeras informaciones que apuntaban al veto de la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon para hacerse con el 100% de Talgo.

Después de que el Gobierno diese las pertinentes explicaciones y Talgo las reprodujera al regulador, la CNMV ha decidido levantar sus suspensión.

Inmediatamente tras su reapertura, los títulos del fabricante de trenes se despeñaron cerca de un 9%, hasta cotizar en el entorno de los 3,9 euros por acción.

"Seguridad nacional"

La Junta de Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha denegado la operación aludiendo a razones de seguridad nacional.

Así lo ha decidido este organismo encargado de evaluar las operaciones de adquisición de empresas españolas a raíz de una ley aprobada en plena pandemia para evitar que la caída en bolsa de las empresas fuese aprovechada por firmas extranjeras para tomar el control de empresas españolas.

En un comunicado oficial posterior, el Gobierno se limita a argumentar que ha tomado este decisión porque su autorización "conllevaría riesgos para garantizar la seguridad nacional y el orden público". De hecho, el Consejo de ministros ha declarado la información contenida en este expediente como clasificada.

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ya anticipó el pasado mes de marzo que el Gobierno haría "todo lo posible" para frenar esta operación, por temores a los posibles vínculos de la empresa húngara con la Rusia de Putin y la extrema derecha.

En concreto, el 45% del capital del consorcio húngaro que pretendía comprar Talgo está controlado por Corvinus, un fondo estatal húngaro, país ahora gobernado por Viktor Orbán, quien recientemente ha entrado en conflicto con la propia Unión Europea por su acercamiento unilateral a Rusia y su oposición a aceptar cuotas de refugiados.

De hecho, el directivo de Magyar Vagon, András Tombor, fue asesor del Gobierno húngaro que también lideró Orbán como primer ministro entre 1998 y 2002.

En este sentido, la Junta de Inversiones Extranjeras ha argumentado razones de seguridad nacional, en línea con el mensaje que ya lanzó Puente en abril, al decir que esta OPA planteaba un problema estratégico porque Talgo tiene tecnología que atañe a la movilidad militar de otros países europeos como los bálticos.

Además, el Gobierno dudaba de si las fábricas de Magyar Vagon en Hungría tenían la capacidad suficiente para resolver todos los problemas de producción que tiene Talgo. Por eso, recientemente, representantes del Ministerio de Puente han visitado esas instalaciones para ayudar a tomar una decisión.

Posibles pleitos

En el comunicado oficial, el Gobierno defiende que este veto se produce "en aplicación de la normativa española vigente en materia de control de inversiones exteriores y con pleno respeto al Derecho comunitario y las competencias de la Unión Europea sobre inversiones extranjeras directas, protección del mercado interior y la libre circulación de capitales".

Promover la inversión extranjera

El Gobierno también aprovecha para defender sus actuaciones respecto a la atracción de inversión extranjera, señalando que España ha sido el cuarto destino mundial de inversión por número de proyectos dirigidos a aumentar la capacidad productiva en el período 2018-2023.

Según un ranking elaborado por la OCDE, es el décimo país desarrollado con menos restricciones regulatorias a la inversión extranjera, por delante de Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, Suiza y Estados Unidos.

"El Gobierno de España mantiene como objetivo prioritario la atracción de inversión extranjera, sobre todo en aquellos sectores y proyectos clave para nuestra competitividad futura, como la digitalización y la transición ecológica, de forma compatible con la protección de los intereses estratégicos o la seguridad nacional", concluye.

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