"Progresiva, para el próximo siglo, no abrupta, en la medida de lo posible en colaboración con la negociación colectiva. No una reducción fake, en la que se trabajen como horas extra lo que antes eran horas ordinarias, sino que debe ir acompañada de que la desconexión digital sea efectiva". Así quiere ahora la reducción de jornada el Ministerio de Trabajo, según ha explicado este miércoles Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Empleo, tras la mesa de negociación, lejos de las prisas y el tono intimidatorio con CEOE de hace unos días.
De hecho, la semana que viene no se va a reunir la mesa de negociación por problemas de agenda suyos, sino que se retomará el lunes 29 de julio.
Pérez Rey cree que nada impide llevar a un acuerdo para establecer la jornada de 37,5 horas, pero se ha abierto a que haya "plazos más flexibles para alcanzar acuerdos".
Preguntado por si esto significa que contempla que las reducciones estipuladas -38,5 horas en 2024 y 37,5 horas en 2025- no estén en vigor el 31 de diciembre de 2025 o a su debido tiempo, ha dicho que "hay margen en lo que queda de 2024 y de todo 2025", pero también se ha abierto a que "se desarrolle en los convenios", más allá. Eso sí, no en 2030, por ejemplo, como se le preguntó.
Cuestionado por las prisas que el propio Ministerio imponía hace poco y si ya no son necesarias y si eso implica que ya no importa que la reducción a 38,5 horas esté en vigor antes de que acabe el año, el secretario de Estado ha señalado que "la ley puede contar con mecanismos aceleradores en las Cámaras", y ha subrayado que "no dejaremos caer el acuerdo por acelerar su entrada en vigor".
Pérez Rey ha explicado que tras el texto que trajo Trabajo a la mesa la semana pasada, este miércoles han venido a ver cómo se ha recibido y que el 29 traerán nuevas aportaciones.
En la próxima reunión, además, se va a poner encima de la mesa "una miríada de medidas" de flexibilidad, como que haya más vacaciones.
Compensación económica
Pérez Rey ha dicho que este miércoles la patronal no ha pedido que se compense económicamente la reducción de jornada y ha dicho que sí ha leído en medios de que plantean medidas como incentivos a la contratación, pero ha advertido de que se pueden valorar pero no necesariamente hacerse.
A su juicio, trabajar menos es sinónimo de mayor productividad, en lo que ha asegurado que están Francia y otros países de nuestro entorno, mientras que ha afirmado que otros países como Grecia, al que ha menospreciado, obligan a trabajar más horas, cuando la reciente medida de este país en este sentido es voluntaria.
Por su parte, los sindicatos han advertido de que esta flexibilidad que ahora ofrece Trabajo a CEOE no puede retrasar la aplicación de la medida: "De acuerdo con la transitoriedad pero eso no puede supone suspender su aplicación", ha alertado Fernando Luján, de UGT.
Mari Cruz Vicente, de CCOO, ha subrayado de que la transitoriedad tiene que ser "muy tasada y precisa".