El Tribunal de Cuentas Europeo ha publicado su informe anual de 2023 sobre el Presupuesto de la UE y, como en los dos años anteriores, incorpora un análisis sobre el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), los fondos UE conocidos como Next Generation EU. Como ya advirtió hace un año, considera que el control aún es "insuficiente", y en esta ocasión también apunta a los "vagos" objetivos que se ha marcado España para conseguir el dinero.
Tras analizar los hitos y objetivos que tuvo que cumplir España para los desembolsos en 2023, los auditores europeos consideran que éstos estaban tan "insuficientemente definidos" que cualquier avance de las administraciones españolas bastó para que la Comisión Europea acordara el desembolso de fondos UE. A principios del año pasado Bruselas aprobó el tercer pago a España, por 6.000 millones, al considerar cumplidos 29 hitos y objetivos.
En particular, hallan casos de hitos y objetivos "definidos de manera vaga que contribuyeron a una evaluación más discrecional de su cumplimiento satisfactorio y/o socavaron los resultados que puede lograr el MRR". En el caso de España, pone un ejemplo de "hito no suficientemente específico" diseñado por España, el relativo a la "Modificación del Código Técnico de la Edificación y del Reglamento electrotécnico para baja tensión y aprobación de un Real Decreto para regular los servicios públicos de recarga".
"El hito exige modificaciones en la legislación relativa al Reglamento electrotécnico para baja tensión para incluir la obligación de instalar puntos de recarga exigidos en los aparcamientos que no pertenezcan a un edificio. Sin embargo, no especifica el alcance de la obligación, en particular el número o el porcentaje de puntos de recarga que han de instalarse. En consecuencia, cualquier modificación, aunque sea poco exigente, bastará para el cumplimiento satisfactorio del hito", explica el Tribunal de Cuentas Europeo.
"Tenemos discrepancias sobre cómo se definieron algunos hitos y objetivos, pensamos que debían ser más concretos"
"Lo que analizamos es cómo valoró la Comisión los hitos y objetivos, y lo que vemos es que eran tan indefinidos que cualquier cosa hubiera valido para el cumplimiento. Vemos una debilidad del objetivo. Cualquier cosa habilitaría a España a cobrar", ha explicado el miembro español del Tribunal de Cuentas Europeo, Alejandro Blanco Fernández, en un briefing con la prensa.
En 2023 el Tribunal de Cuentas ha localizado 4 errores cualitativos con los fondos UE en España, que no cuantitativos. "Tenemos discrepancias sobre cómo se definieron algunos hitos y objetivos, pensamos que debían ser más concretos, pero no entramos en si hay errores o irregularidades en el proyecto concreto", ha apuntado el miembro del Tribunal de Cuentas.
El informe también pone en el punto de mira la labor de la Comisión Europea al autorizar los pagos. Ya en el informe anual de 2021, publicado en octubre de 2022, el organismo fiscalizador con sede en Luxemburgo advirtió de que ni se cumplió ni se evaluó uno de los 52 hitos comprometidos por España a cambio del pago de los primeros 11.500 millones; y también detectó otras "insuficiencias" en la labor de evaluación de Bruselas.
En el informe de 2022, publicado hace justo un año, el Tribunal auditó también el cumplimiento satisfactorio de 30 hitos y objetivos en España, así como en otros Estados miembros, y detectó que algunos de ellos "no se habían cumplido satisfactoriamente o no cumplían las condiciones de subvencionabilidad". La Comisión Europea discrepó en su respuesta al informe.
El control de los fondos UE de Recuperación
Por otra parte, en el nuevo análisis del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, el Tribunal de Cuentas también percibe "insuficiencias persistentes en los sistemas de control de los Estados miembros", algo que, recalca, se notificó ya en 2022. En el caso de España, "el sistema de información no contiene información completa sobre el progreso de hitos u objetivos incumplidos ni sobre titulares reales, fuentes de financiación de la UE e importes pagados", señala.
El miembro del Tribunal de Cuentas Europeo ha detallado en el briefing que si bien España ha puesto en marcha un nuevo sistema, denominado Minerva, y con él ya está en vías de solucionar esta falta de control, en el informe del año 2023 se considera que la información remitida aún "no era completa".
El Tribunal de Cuentas Europeo recalca en el informe que "los sistemas de información y de control de los Estados miembros presentaban insuficiencias persistentes. Esto supone un riesgo para la protección de los intereses financieros de la UE con un impacto potencial en la regularidad del gasto".
Los fondos UE de Cohesión: más errores
Como en años anteriores, en general ha aumentado el nivel de error estimado en el gasto presupuestario de la UE, según el informe anual del Tribunal de Cuentas Europeo. Los auditores también advierten de los crecientes riesgos financieros a los que se enfrenta el presupuesto de la UE debido a un volumen de deuda sin precedentes, la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y la elevada inflación.
Destacan que el aumento sustancial del porcentaje de error estimado se debe en gran medida a los errores detectados en el gasto de cohesión, que alcanzaron el 9,3% (6,4% en 2022). Apuntan a la presión temporal sobre las administraciones nacionales para que gasten el dinero procedente de fondos UE, que compiten entre sí, como posible motivo de sus dificultades para garantizar una financiación adecuada de los proyectos de cohesión.
En un informe extraordinario publicado el pasado verano, el Tribunal de Cuentas ya señalaba a España como el peor ejecutor de fondos UE estructurales pertenecientes al periodo 2014-2020. No sólo por ser el que menos dinero ha absorbido sobre el total que le corresponde, también por ser el que más errores ha cometido en la ejecución.
"Cuando llegamos a la mitad del período financiero 2021-2027, las conclusiones de nuestro informe anual destacan los retos críticos del presupuesto de la UE, como los elevados niveles de gasto irregular", ha afirmado el presidente del Tribunal, Tony Murphy. "Es necesario contar con estructuras sólidas de supervisión y rendición de cuentas, tanto a escala de los Estados miembros como de la UE, con el fin de mantener la confianza pública y salvaguardar los futuros presupuestos de la UE".