Editorial

Sánchez: del final de la escapada a sin escapatoria posible

Las revelaciones de Aldama, prolijas y detalladas, apuntan a que el 'caso Koldo-Ábalos' pueda derivar inevitablemente en el 'caso Pedro Sánchez'

Hace poco más de un mes conocíamos la conexión, cien veces negada, de la que hoy es la tercera autoridad del Estado y expresidenta de Baleares, Francina Armengol, y del anterior presidente de Canarias y hoy ministro, Ángel Víctor Torres, con la presunta trama de corrupción Koldo-Aldama. También que Pedro Sánchez estaba informado de la conexión entre Víctor de Aldama y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, extremo también mil veces desmentido por los voceros oficiales.

En aquel momento, este periódico publicó un editorial titulado 'Al final de la escapada', cuyo último párrafo decía así: "En estos últimos días, distintos portavoces socialistas han transmitido su convicción de que Sánchez conseguirá sacar adelante los Presupuestos (…). No lo descartemos, por descomunal que sea el precio a pagar (…). No lo descartemos, salvo que, cuando llegue el final de la escapada, y la Justicia termine de cerrar el cerco, nuestra particular Patricia (no Jean Seberg, sino Ábalos, Koldo o Aldama) acabe tirando de la manta".

Hoy, tras la deposición voluntaria de Aldama ante el juez, la sensación es que ese final está mucho más cerca de lo que a priori se pudiera pensar. La información aportada por quien ha sido identificado como "el nexo corruptor" que conectaba a todos los actores de esta trama, es tan prolija y detallada, involucra a personajes de tanta relevancia pública, incluyendo nuevas actividades e identidades, que es imposible evitar que el 'caso Koldo-Ábalos' se convierta en el 'caso Pedro Sánchez'.

El relato de Aldama, que ha acompañado con documentos, correos y mensajes, eleva el listón de las responsabilidades políticas, y desvela la existencia de una red de complicidades más extensa de la hasta ahora conocida. Los nombres de Fernando Grande-Marlaska, Salvador Illa, María Jesús Montero, Teresa Ribera y José Luis Ábalos se añaden a los de Torres y Armengol, y han sido citados por el comisionista como conocedores y partícipes en distinto grado de la clandestina presencia de Delcy Rodríguez en el aeropuerto de Barajas. "Todos sabían que venía a España", ha dicho Aldama en sede judicial. 

Pero hay más: Aldama ha revelado que se reunió varias veces con Begoña Gómez y Teresa Ribera para tratar sobre un proyecto relacionado con la España vaciada, confirmando el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el que se apuntaba el interés del empresario en contactar con la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Lo que no constaba era la presencia de la mujer del presidente del Gobierno. Punto. Y seguido.

No es descartable, por ejemplo, que a partir de este momento el exministro Ábalos y el que fuera su asistente, Koldo García, modifiquen su estrategia de defensa

 

Porque, por si fuera poco, Aldama ha declarado ante el juez Ismael Moreno que entregó 400.000 euros a José Luis Ábalos, 150.000 a Koldo García y que a través de éste le hizo llegar otros 15.000 euros al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Todo en billetes. Ah, y que Ángel Víctor Torres, cuando era presidente de Canarias, le pidió 50.000 en concepto de comisión por la compra de mascarillas. "No soy el Banco de España", aseguran fuentes presentes en la declaración que respondió Aldama, según su versión, al hoy ministro de Política Territorial y Memoria Democrática. 

Llegados a este punto, en el que de confirmarse estas informaciones estaríamos en presencia de un amplio catálogo de presuntos delitos (tráfico de influencias, cobro ilegal de comisiones o/y financiación ilegal, probable blanqueo, etcétera), la noticia de que fue Sánchez quien invitó al comisionista a la sede del PSOE para agradecerle sus "gestiones", y desmintiendo de este modo la versión del líder socialista ("Nunca he cruzado una palabra con Aldama"), podría parecer que carece de importancia. Y sin embargo la tiene. Y mucha.

Lo que la declaración de Aldama da a entender es que el presidente del Gobierno estaba al corriente de, al menos, algunas de las prácticas de la red. Por eso el testimonio del personaje clave de la trama da al caso un vuelco de extraordinaria magnitud. Y de consecuencias imprevisibles. No es descartable, por ejemplo, que a partir de este momento el exministro Ábalos y el que fuera su asistente, Koldo García, modifiquen su estrategia de defensa. Ni que investigaciones en marcha, y nuevos testimonios, refuercen la versión de Aldama.

Vamos a vivir momentos aún más feroces, que ya es decir, porque además de la supervivencia política lo que Aldama ha puesto en juego es la responsabilidad penal de cada cual

 

El PSOE lo niega todo y, como era de esperar, anuncia acciones legales contra Aldama. Será interesante comprobar el recorrido de esas acciones. Lo que parece poco probable es que el abogado de Víctor de Aldama, un reputado penalista, haya promovido un pacto con la Fiscalía sin tener las mínimas garantías sobre la veracidad de lo relatado por su patrocinado y poniendo en riesgo su acreditado prestigio.
 
Como siempre ocurre en estos casos, lo negarán todo, activarán mecanismos extraordinarios de propaganda para embarrar, devastando el poco o mucho prestigio del país y dificultando la investigación para proteger su franja de impunidad. Vamos a vivir momentos aún más feroces, que ya es decir, porque además de la supervivencia política, lo que Aldama ha puesto en juego es la responsabilidad penal de cada cual. No estamos al final de la escapada. Estamos más allá, en un punto en el que el Gobierno ya es insostenible, en ese punto de no retorno en el que es el Estado de Derecho el que opera y ya no hay escapatoria posible.

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