Rubalcaba le acogió desde el principio en su equipo de campaña y no se ha separado de él desde entonces porque cree que es el mejor comunicador que tiene al lado, junto a Elena Valenciano. Pero nadie se esperaba en el PSOE que el secretario general fuera a elegir al ex ministro de Trabajo, a ese que lleva sobre sus espaldas los cinco millones largos de parados, ni más ni menos que para portavoz de Economía del Grupo Parlamentario, esto es, la voz económica del PSOE en el Congreso de los Diputados.
Cuentan sus propios compañeros que ni el propio ex ministro entendió el ofrecimiento, ya que él mismo no alcanza a comprender como puede dar lecciones de economía al Gobierno cuando, pese a su sabiduría, no consiguió impedir que la tasa de paro superara el 22%. Pues ahí le tenemos, dando doctrina desde la tribuna del hemiciclo sobre la reforma del sistema financiero, un aspecto que él no domina y que Luis de Guindos controla desde mucho antes de llegar a Cuzco.
A Valeriano Gómez se le aprecia en el Partido Socialista por su buen carácter y también porque es el que mejor conoce en estos momentos la deriva tan peligrosa que ha tomado el mercado laboral. Pero, pese a su sabiduría, hay quien le reprocha que avalara durante su etapa como ministro de Trabajo la reforma de 2010, fabricada por su antecesor, Celestino Corbacho, con la colaboración del bufete Cuatrecasas, una de las firmas de abogados más importantes del país y quizá también una de las más influyentes en la trastienda del arco parlamentario.
La reforma de Corbacho dejó algunos cadáveres en el camino, entre otros el de los ugetistas Jesús Membrado y Manuel de la Rocha, y tampoco sirvió para crear empleo. Fue también la que puso los cimientos del despido con 20 días a través del articulado que prevé que las empresas puedan prescindir de sus trabajadores cuando estén en "situación económica negativa". Con el aval que Valeriano Gómez terminó dando a esta reforma laboral, opinan no pocos parlamentarios socialistas, no es el perfil más adecuado para ser la nueva voz económica del PSOE en la oposición. ¡Esto no tiene arreglo¡, exclama un veterano diputado de la vieja guardia.
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