Una comunicación interna del Ejército de Tierra se refiere a un enfrentamiento ocurrido el pasado 7 de marzo cerca de la minúscula población afgana de Ludina, en la provincia occidental del país centroasiático donde se encuentran los efectivos españoles, y cuya ciudad de referencia es Qala i Naw. Lo que los oficiales del Ejército español cuentan que ocurrió allí es una batalla cruenta contra los talibanes, que abrieron fuego indiscriminadamente e hirieron a un soldado. Sus palabras no parecen coincidir con la opinión del expresidente Zapatero, que no hace tanto intentaba convencer a la opinión pública de que lo que se libraba en Afganistán no era una guerra, sino una "acción humanitaria".
Desde el propio ejército se calificaba las acciones valerosas de los soldados durante su enfrentamiento con el enemigo. Sobre Iván Castro Canovaca, que fue herido, se asegura que "mantiene la calma y pide a su jefe de pelotón que le deje solo y acuda a su puesto nuevamente. Cuando su jefe le decía que estuviera tranquilo que se iría a España a ver nacer a su hija, respondió que eso no le importaba, que lo que quería era seguir allí, en su puesto". Todo un caballero legionario.
Es curioso cómo el alto mando militar hace referencia al comportamiento del resto de miembros del batallón español. Como en el caso del sargento José Moreno Ramos, de quien se dice que "en cuanto recibe información sobre un hombre suyo herido en el cuello comprueba que su pelotón responde al fuego, realiza fuego rápido de supresión y abandona su pozo bajo fuego enemigo para atender personalmente al herido, que se encontraba 40 metros al sur". Destaca el coronel el buen hacer de Ramos, que "mantuvo la calma en todo momento y la transmitió a sus subordinados. Su actuación en la atención de las heridas de uno de sus hombres, cortando una abundante hemorragia bajo fuego enemigo, fue determinante para salvarle la vida" al legionario.
En un comunicado que merece la pena leer por lo inusual del lenguaje, el coronel narra, persona a persona, las "hazañas" de ese grupo de soldados. Como la del cabo primero José Manuel González Santana, de quien se destaca que "suprimió los orígenes de fuego enemigos realizando fuego de Barret y de FUSA". También es curioso cómo se habla de la puntería del cabo Fernando Carrasco Ibriani, que disparó a tres "orígenes de fuego" enemigos, y que "el Jefe de Sección personalmente observa cómo el fuego de su ametralladora cae sobre un insurgente a 250 metros". Toma puntería.
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