Florentino Pérez ha pedido recientemente a su plantilla que abandonen el gesto enfurruñado y se comporten “con normalidad”. El equipo adoptó la ley del silencio a raíz de los dos empates ante el Málaga y Villarreal y la ausencia de ruedas de prensa les ha provocado un efecto altavoz contrario al deseado. Los medios se han cebado sobre Mourinho y sus muchachos y los silencios se han convertido en un mayor ruido mediático. Un mal ambiente generalizado que el presidente intenta remediar, y sobre el que ya le habían dado advertencias desde las altas instancias por la mala imagen de España que proyecta.
El pasado 22 de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, inauguró en el estado Santiago Bernabeu la asamblea de la Asociación de Marcas Renombradas, en la que previamente leyó la cartilla a Pérez, diciéndole en un aparte que el Real Madrid “no puede dar la imagen que está dando”, en relación a la bronca del día anterior en Villarreal, donde hubo varias expulsiones, entre ellas las de Mourinho y Rui Farias. Los partidos del Madrid los ve muchos millones de personas en todo el mundo y sólo falta que en el país del paro y la recesión, sus grandes referencias internacionales ofrezcan comportamientos que rozan lo barriobajero.
El toquecito previo particular tuvo reflejo público cuando Margallo en su discurso sobre las marcas renombradas fila aludió al Madrid como un branding de referencia; “bueno, suponiendo que lo sea”, a lo que Florentino le hizo un gesto como queriendo decir “venga ministro, no fastidies”.
Pero apenas unos días después, apareció el presidente de ACS pidiendo un poquito más de calma a sus chicos. Sin duda, el mensaje surtió algún efecto.
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