Esperanza Aguirre fue la protagonista inesperada antes y durante la convención nacional del PP. La expresidenta de la Comunidad de Madrid sorprendió a propios y extraños hace dos semanas en una entrevista en El Mundo en la que, además de anunciar su apoyo explícito a Isabel Díaz Ayuso de cara al congreso de los populares madrileños, calificó de "niñatos" y "chiquilicuatres" a los cargos de Génova que mueven una hipotética candidatura de José Luis Martínez-Almeida. Tras estas polémicas declaraciones, aprovechó la conferencia de Pablo Casado en el auditorio del Museo Reina Sofía la semana pasada para presentarse allí cuando pocos la esperaban.
En Génova, la mayoría de cargos consultados no escondieron su desconcierto por la presencia de Aguirre en la llamada "convención itinerante", sobre todo después de lo dicho apenas dos semanas antes. Sin embargo, al ser preguntados por los posibles receptores de los insultos de la expresidenta, aseguraban no saber a quiénes se refería la antigua lideresa.
Algunos dirigentes, sin embargo, afirman al Buscón que Aguirre apuntaba a una persona concreta al hablar de "niñatos" y "chiquilicuatres". Y esa persona no es otra que Ángel Carromero, el exsecretario general de NNGG que ella misma impulsó a nivel orgánico hace casi dos décadas, antes y después de ser detenido en Cuba tras verse inmerso en un accidente de tráfico en el que murió el opositor Oswaldo Payá.
Según explican altos cargos del PP, Aguirre está más que molesta con el que fuera su 'delfín'. Desde hace dos años, Carromero es director de coordinación en el Ayuntamiento de Madrid con José Luis Martínez-Almeida y, en opinión de la exlideresa, su nuevo cargo se le ha subido tanto a la cabeza que ya no le coge el teléfono cuando ella le llama.
Más allá de ese enfado, y ya en clave orgánica, Aguirre teme que Carromero maniobre, desde su nueva posición, para "hacerle la cama" a Ayuso de cara al congreso regional con el objetivo de impulsar a Almeida. Según el entorno de la expresidenta, "Ángel tiene experiencia en estas lides. En otros procesos, ha cambiado a afiliados de agrupación para manipular resultados. Es capaz de todo".
Ante esta 'amenaza', Aguirre no ha dudado en hacer público su apoyo a Isabel Díaz Ayuso. Además, llegó a organizar una fiesta en su casa en favor de la presidenta madrileña a través de un grupo de WhatsApp, llamado Activemos España, que se mantenía activo desde la campaña electoral.
En el citado chat hay diputados, senadores y miembros del partido y de Nuevas Generaciones. Todos ellos fueron invitados por Aguirre a "unas copas" en su casa a finales de la semana pasada para apoyar a Díaz Ayuso. No obstante, algunos de ellos empezaron a abandonar el grupo entre críticas a Aguirre tras su entrevista en El Mundo.
Finalmente, una filtración a la prensa impidió que la fiesta se celebrara. La propia expresidenta regional la desconvocó ante el temor de que su vivienda se llenara de periodistas. En el PP, sin embargo, la noticia se interpreta como un aviso a navegantes: Aguirre está más activa de lo que parece... y ha puesto a Almeida y Carromero en su diana.
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