Alberto López Viejo, el que fuera viceconsejero de Presidencia y, posteriormente, titular de la Consejería Deportes de la Comunidad de Madrid acumula apodos, uno para cada habilidad, sin olvidar el de ‘delfín’ de Esperanza Aguirre. Aunque este último habría que matizarlo ya que la lideresa se fumigó a su colaborador en cuanto fueron apabullantes las pruebas de su presunta implicación en la trama Gürtel, donde había llegado a ser considerado 'el visitador' del mismísimo cabecilla de la red, Francisco Correa.
Aquí ya hemos contado lo de ‘Mr. 10%’, en una información que ha tenido mucha repercusión, pero me apetece recuperar otro alias del que ya se habló en su día: ‘el Toyota’. Después de la célebre noticia del 10%, no ha faltado una buena alma caritativa de los viejos tiempos que ha acudido presto a comentarnos: “Este es un tío que viene del Sur de Madrid, bastante chuleta pero híper ambicioso, que en poco tiempo logró hacerse con un elevado patrimonio”. Según esta fuente, cuando fue concejal de Limpieza en el Ayuntamiento de Madrid entre 1999 y 2002, promovió el Selur (Servicio de Limpieza Urgente) que, por cierto, ha funcionado de maravilla siempre.
Se trata de esos comandos limpiadores “que en unos minutos son capaces de dejar la Puerta del Sol o el Santiago Bernabeu como si ahí no hubieran dado las campanadas de fin de año o hubieran tenido lugar unas semis de Champions”. Ese servicio nació inicialmente con modelos Toyota Land Cruiser HDJ 100 como vehículos de intervención rápida; “buenos, pero de lo más caro”. Por cierto, Toyota sigue siendo la marca oficial del Selur, como puede verse en su página web.
Coches gratis total
Entonces, se decía que el concejal recibía del concesionario suministrador de ese servicio, ubicado en la zona sur de Madrid, un coche gratis et amore cada cierto tiempo “que luego revendía a título particular. También era habitual verle con Lexus, la marca de lujo de Toyota”. “Ojo, que era una tienda ¿eh? Toyota España no se habría prestado a esto en la vida”, insiste el confidente. Pero vamos, de ahí le vino ese apodo, por su amor a la mecánica japonesa.
López Viejo es uno de los miembros de aquél célebre ‘clan Becerril’, en el que jóvenes promesas del PP se reunían en torno a José María Aznar en la localidad de Becerril de la Sierra o algún restaurante madrileño, en torno a una figura relevante, que les ilustraba con alguna charla. En aquel grupo estaban el yernísimo Alejandro Agag, Esteban González Pons y el propio López Viejo. Incluso, a veces se dejaba caer un tal Francisco Correa, ese genio de las finanzas 'fuera de la ley' que vio en aquel cachorro que encandilaría a Aguirre a un figura en ciernes... de la corrupción. Sus múltiples alias lo corroboran.
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