Mientras los ciudadanos esperan que la candidatura Madrid 2020 liquide cuentas y dé a conocer cuánto ha costado el festín preolímpico, cosa que son reacios a hacer, hay quienes intentan preservar a toda costa el espíritu deportivo con fines resueltamente espurios. Es el caso de Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español (COE) desde 2005 y, junto a Ana Botella, símbolo del ridículo estrepitoso que la delegación madrileño cosechó el pasado 7 de septiembre en Buenos Aires.
Blanco, exjudoca y amigo del buen vivir a costa del deporte (empezó a ocupar cargos en la Federación de Castilla y León de Judo allá por 1985 y desde entonces no se ha apeado del cargo oficial), ha pergeñado un escrito, entre lo pedante y lo ridículo, dirigido a los 85.000 supuestos voluntarios inscritos en Madrid 2020 (la cifra, dicen algunas fuentes, es inventada: la candidatura de 2016 contó con 50.000 voluntarios, y este tercer intento no contó ni de lejos con el mismo entusiasmo social que los dos anteriores).
Apoyándose en los valores del olimpismo y con una prosa ranciamente poética, el exjudoca intenta que los voluntarios sigan trabajando gratis para el comité. Para ello, y dado que, como dice la carta, “todos los datos de los voluntarios serán borrados según indica la Ley de Protección de Datos al finalizar el proyecto”, se adjunta un link: “Solo tienes que pulsar en el siguiente enlace y luego pulsar a Validar Email y Aceptar Condiciones para completar tu alta como Voluntario COE”.
El e-mail, firmado por Blanco, lamenta la derrota bonaerense. “Pero”, y aquí empieza la fantasía hortera, “la fuerza de los voluntarios es un sentimiento que no puede pararse. Juntos hemos trabajado, reído y llorado y juntos hemos conseguido que el mundo entero aplauda nuestra forma de sentir el deporte. No nos concedieron los Juegos. Podemos perder, pero jamás nos vencerán. Los sueños y proyectos continuarán y tu ejemplo como voluntario es un referente para toda la sociedad española”.
“Por eso”, prosigue el poeta, “es un honor para mí pedirte que sigas colaborando con nosotros como voluntario, que me gustaría acompañarte y que me acompañaras en el camino del deporte y de la vida, camino que nos tiene que llevar a la meta soñada: conseguir una sociedad más justa, generosa e integradora”. La cosa termina con una súplica a los receptores: “No importa la edad que tengas, ni de donde seas, todos los voluntarios son bienvenidos”.
El Buscón recuerda que este personaje, Alejandro Blanco, que no ha tenido la vergüenza torera de dimitir de su cargo tras el estrepitoso ridículo bonaerense, es el que maneja gran parte de los fondos que marcarán el futuro del deporte español.