“Ha estado bien. Está bien que denuncie al régimen de Cuba y a la dictadura castrista, sí. El proceso judicial que tuvo lugar se celebró sin garantías y sin dejar entrar a la familia de Payá. Supongo que algún día sabremos la verdad, no lo sé. Pero solo una cosa. ¿Por qué ha tardado un año en hacer la entrevista?”. El Buscón, que ya bosquejó la nueva vida de Ángel Carromero antes de su polémica entrevista con El Mundo, ha querido contrastar las palabras del joven asesor del PP con algunos de sus compatriotas en Nuevas Generaciones de Madrid, de las que Carromero es vicepresidente.
El apoyo en bloque profesado a Carromero de puertas afuera choca con muchas fisuras internas. Brotan algunas dudas con relación a la parte final de la entrevista, en la que habla de él, de su sueldo, de su currículo y de lo mal que lo está pasando en su puesto de asesor del Ayuntamiento de Madrid, cuyas oficinas están a cuatro minutos a pie de la Puerta del Sol. “En el metro voy con gorra y hay barrios a los que no puedo ir”. Se cuestionan las razones que esgrime sobre la pérdida de puntos de su carné de conducir, los idiomas que habla y hasta su título universitario, la carrera de Derecho que se sacó en la Universidad Católica de Ávila, según la Wikipedia.
“He hecho un máster de Bolsa y hablo tres idiomas”, dice a El Mundo. “Puede ser”, señala un miembro de NNGG que defiende la versión de Carromero, según la cual su incidente mortal fue provocado por el régimen cubano. “Pero solo le he escuchado hablar en uno”, ironiza la misma fuente. Otro duda directamente de semejante bagaje lingüístico. Y otro -los tres son críticos con las aspiraciones escondidas del joven político-recela hasta de su pasado universitario. “Lo más gracioso”, cuenta, “es que antes de que tuviera el accidente, todo el mundo decía que no llegó a acabar la carrera. Corrían incluso rumores de que le echaron de la uni, pero eso sí que no puedo demostrarlo”. El Buscón tampoco ha podido.
Carromero alega que perdió los puntos del carné “por ir hablando por el móvil conduciendo y por superar en 10 kilómetros por hora el límite de velocidad en la A-3”. Legislación de Tráfico en mano, solo perdería puntos si circulara a una velocidad entre 20 y 30 kilómetros por hora más de lo permitido, que en la autopista en la que iba equivale a un mínimo de 140 kilómetros por hora. En este punto, la anterior legislación no difiere ni una coma.
En marzo, al poco de obtener el tercer grado penitenciario, el que le permitió abandonar el centro de reclusión, el dirigente solicitó la devolución del permiso, pero la Audiencia Nacional se lo denegó, argumentando la rareza que supondría dejarle conducir de nuevo después del accidente en Cuba -con él al volante- que segó la vida de los dirigentes anticastristas Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Al poco de publicarse anteayer la noticia, las redes se hicieron eco de una primera contradicción porque Carromero, que califica el siniestro de “asesinato de los servicios secretos”, señaló la presencia de un segundo “coche azul” cuando en marzo se refirió en otra entrevista con The Washington Post a un “viejo lada rojo”.
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