"¡Qué gran banquero es Goirigolzarri!" exclamaba en un acto público hace unos días Emilio Botín, el presidente del Santander. Las palabras de Botín suelen ser tan inocentes como cabría esperar. Así que cuando Botín se recrea y afirma que José Ignacio Goirigolzarri, su rival en Bankia, es uno de los grandes talentos del sector y uno de los mejores gestores del país, la atención de quien les escucha busca a derecha y a izquierda. Y entonces, a un lado, escuchando en silencio a Botín se encuentra Francisco González y las palabras de Botín cobran un nuevo sentido.
Francisco González, el presidente del BBVA, está asistiendo a varios actos públicos en los que Botín no deja de insistir en lo buen gestor que es "Goiri", el hombre al que González liquidó en el BBVA. En septiembre de 2009, Francisco González prorrogó 5 años más su presidencia y terminó con el contrato de su número dos, José Ignacio Goirigolzarri, forzado a presentar su renuncia al Consejo "de mutuo acuerdo con la entidad", dijo entonces el banco en un comunicado conjunto. Aquel movimiento se producía cuando el presidente del BBVA cumplía 65 años, edad de jubilación, y muchos empezaban a señalar a su número dos como un posible sucesor.
Ahora, cinco años después y a puertas de agotar su tercer mandato, Francisco González tiene que volver a escuchar cómo se elogia al banquero que él liquidó, un elogio, por supuesto, inocente. El aplauso duele más porque lo protagoniza quien sigue aventajándole en las instituciones del país: el Santander.
Quizá duele tanto que el propio González también se ha permitido dardos al Santander desde su esquina. En la pasada Junta de Accionistas de la entidad vasca, uno de los accionistas le reprochaba a González que se hiciera fotos con "su amigo Botín". "Yo me hago fotos con mucha gente --replicaba González-- y no todos son mis amigos". Con amigos como estos...
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