Tiene fama de huidizo, sobre todo desde que la Justicia escudriña sus andanzas como ex ministro de Fomento. José Blanco, ‘Pepiño’ para los amigos, se topó a mitad de la semana pasada con su sucesora en el cargo, Ana Pastor, en el mismo avión que les conducía desde Galicia a Madrid. La ministra iba en clase ‘business’, mientras que Blanco se colocó en los primeros asientos de la clase turista.
Antes de que acabara el vuelo, la ministra decidió por cortesía ir a saludar a ‘Pepiño’, pero se encontró con la sorpresa de que, al ver que viajaban en el mismo aparato, éste se había escabullido hasta la parte trasera del avión aprovechando la existencia de algunos asientos vacíos. La víspera del vuelo, la ministra Pastor había criticado con dureza en el Congreso la herencia recibida de Blanco en Fomento, caracterizada por un visible derroche de recursos públicos en infraestructuras infrautilizadas.
En el traspaso de poderes operado en diciembre pasado, las relaciones de Pastor y Blanco fueron cordiales. Ella es zamorana, pero gallega de adopción, y él procede del municipio lucense de Palas de Rey. Sin embargo, la relación fue deteriorándose poco a poco, a medida que Pastor fue descubriendo en el Ministerio una sospechosa ingeniería contable y una penosa planificación de obra pública que fue puesta de manifiesto por la propia ministra hace tres consejos de ministros cuando anunció la intención del Gobierno de liberalizar el servicio ferroviario. Bueno, pues eso, que a ‘Pepiño’ no le apetecía nada saludar a su sucesora y ésta, al final, se quedó sin poder demostrarle las más elementales reglas de educación.
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