El diputado del PP Borja Sémper y el portavoz parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, han participado en un cruce de tuits para poner, cada uno en su registro, una brizna de cordura en unas redes sociales abonadas más de lo deseable al equívoco, la hipérbole, la descalificación y hasta la conspiranoia. Lo han hecho a cuenta de un vídeo difundido en X en que se ve a ambos conversando a las puertas del Congreso de los Diputados. Las imágenes han dado pie a comentarios e insinuaciones que en concreto Sémper ha rebatido con bastante buen gusto y mucha eficacia. Donde alguien sugiere que "Pillan a Borja Sémper y a Gabriel Rufián de compadreo en los exteriores del Congreso, parece que han quedado para tomar una caña después", el dirigente de Génova 'traduce': "'Pillan' hablando, a plena luz del día y en el patio del Congreso, a dos personas que piensan diferente".
La réplica de Sémper le ha generado los previsibles comentarios ofensivos, improcedentes y, en no pocos casos, cargados de esa intolerable inquina que menudea en el antro digital con que muchos, demasiados, identifican X.
La reflexión última pasa quizá por preguntarse si uno no puede hablar con quien le dé la gana en el patio del Congreso o en el de su casa sin verse sometido al escrutinio de los que necesitan muy pocos motivos para exudar su bilis.
El punto de humor en todo esto lo ha aportado Rufián, que ha decidido meter baza en la intervención de Sémper con esta ocurrencia muy española, por cierto: "Pero al final la tortilla con cebolla o sin cebolla, @bsemper?". A lo que el popular, acaso algo contrariado por la estopa recibida, ha contestado con un "Mira, no me enciendas".
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