Como una noche de gala, pero de día. Moncloa celebró este jueves la copa de Navidad con la prensa, a la que acudió más granado del periodismo patrio. También asesores, jefes de prensa y personalidades varias que rodean a quienes se sientan en el consejo de ministros. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue la estrella indiscutible. Todas las miradas y las fotos apuntaron a él. Ni si quiera Yolanda Díaz le quitó luz, porque ningún ministro de Unidas Podemos decidió pasarse. Tampoco las dos mujeres que ostentan las carteras económicas: Nadia Calviño y María Jesús Montero.
El líder del PSOE dedicó tiempo a departir con los periodistas sobre la convulsa actualidad del país. El presidente tiene su público y no era difícil escuchar algún chascarrillo sobre su porte. "Es guapo", "tiene percha" y todo tipo de piropos a su presencia. Mientras, él, que si Constitucional para arriba, que si Partido Popular para abajo... Y Moncloa sin barrer, porque se rompieron al menos un par de copas entre tanto zarandeo para abrirse paso en los corrillos.
Copas rotas
No solo de Sánchez, también de los ministros que sí dedicaron tiempo a tomarse algún vino o alguna cerveza para brindar por la Navidad con el cuarto poder en casa. Aunque alguno lo hizo más solitario de lo habitual, ya que todo el interés estaba en Sánchez y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. Ni Luis Planas, ni Fernando Grande-Marlaska, ni José Manuel Albares levantan tanta pasión.
Sánchez también sacó hueco para hacer alguna que otra confesión, como los 320 euros que ganó con los cantos de los niños de San Ildefonso. Y es que el presidente rascó premio en la Lotería de Navidad gracias a dos décimos de Ferraz y a otro de la Oficina de Prospectiva de Moncloa que creó Iván Redondo. Sánchez también dedicó tiempo a los periodistas internacionales para hacer pedagogía sobre la situación política convulsa que ha inundado el país al inicio 'oficial' de la Navidad que marca el sorteo extraordinario.
Navidad en casa... y escapada a Quintos de Mora
El presidente tiene previsto pasar la Navidad en casa con los suyos. Si acaso, reconoció, hará alguna escapada a la finca de Quintos de Mora, en Toledo. Pero poco más, porque se prevé un arranque de año intenso. 2023 tiene varias citas electorales marcadas en rojo en el calendario. El Gobierno ya está en modo electoral. Y se nota. Por eso Sánchez se desgañita para recordar que su némesis, el popular Alberto Núñez Feijóo, en nueve meses al frente del PP, tiene el mérito de haber 'callado' al Parlamento.
El presidente no tiene buena impresión de la labor de Feijóo, al que vio un punto de inflexión y no retorno, porque confió en que alejarse de la moción de censura planteada por Vox fue una señal positiva. Pero tras el lío del TC, al presidente se le ha caído el señor "solvente". Por si acaso, tampoco se escondió entre algunos veteranos que la copa organizada por Sánchez fue mejor que las del expresidente Rajoy, que, además, tampoco se dejaba querer mucho por la prensa y dejaba el marrón a Soraya Sáenz de Santamaría. Mismo sitio, distinto lugar.
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