Parte de la Familia Real tuvo ayer un miércoles muy activo y se echó a la calle por el centro de Madrid mientras el monarca recibía en Zarzuela al presidente de la comunidad, Ignacio González. ¿Qué quiere tomar majestad?, le preguntó a doña Sofía el presidente del Congreso. “Pues una Fanta de naranja”, respondió solícita la reina. Los miembros de la Mesa del Congreso que presenciaron la escena se miraron unos a otros como si esta bebida fuera de otros tiempos y al final doña Sofía de lo que disfrutó fue de un zumo al uso. Minutos antes, acababa de regalarle a su hijo, el Príncipe Felipe, un globito y una piruleta, los obsequios que recibieron todos los que se acercaron a la mesa petitoria que la Cruz Roja instaló en plena Carrera de San Jerónimo, junto a los leones, en la celebración del Día de la Banderita.
Después de visitar a su madre, don Felipe se animó a ir andando hasta la Puerta del Sol acompañado de sus escoltas, donde saludó a su hermana Elena, instalada en otra mesa de recogida de donativos. El Príncipe coronó la jornada matinal en la plaza de Santa Cruz, al lado del Madrid más castizo, donde le estaba esperando en una tercera mesa la princesa Leticia.
Para hacer honor a la reina, ayer se abrió la llamada Puerta de los Leones del Congreso, entrada que solo se suele franquear cada cuatro años en la apertura de cada legislatura. La anécdota de la Fanta se dio en la llamada Sala Rosa, al lado del llamado salón de los ministros. Como se ve, todo muy clásico.
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