El buenrrollismo del Papa Francisco no tiene límites y al parecer es real y bienintencionado, alejado de ese fariseísmo obsesivo que tan de moda se ha puesto en el planeta en el que hasta los más perversos abanderan las causas happy para quedar bien, aunque no les crea ni su madre.
Jorge Mario Bergoglio lo ha dicho claramente: “Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes –sobre todo el carbón, pero aun el petróleo y, en menor medida, el gas– necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora. Mientras no haya un amplio desarrollo de energías renovables, que debería estar ya en marcha, es legítimo optar por lo menos malo o acudir a soluciones transitorias. Hay que eliminar las causas de las disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente”.
El Papa es claramente renovable y anti carbón/gas/petróleo, materias primas no sólo contaminantes sino también causantes de muchas guerras y desigualdades sociales en medio planeta.
En España y en EEUU, las patronales de las energías verdes han utilizado la encíclica del Papa para reforzar sus argumentos contra las políticas antirrenovables
El Pontífice hizo este posicionamiento en junio pasado y el sector renovable español se aferró al mensaje para hacer bandera de él ante el Gobierno de Rajoy.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) ha recordado en alguna de sus notas de prensa al presidente del Gobierno que hasta el Papa, al que el de Pontevedra muestra gran devoción, defiende sin cuartel las energías verdes.
Mientras tanto, tanto Rajoy como su ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, no paran de aprobar normas y Reales Decretos contra estas energías.
También en Estados Unidos, donde el lobby petrolero hace y deshace a su antojo, los prorrenovables (Obama incluido) han enarbolado el mensaje del Santo Pontífice para defender el desarrollo de unas energías que no sólo permiten combatir el cambio climático sino que además crean empleo y avances tecnológicos.
Curiosamente, el Comisario Europeo, Miguel Arias Cañete (PP), con importantes intereses en el sector petrolero, ha alabado el mensaje de Bergoglio y ha afirmado que su encíclica es "muy oportuna" porque ayudará a conseguir un "acuerdo vinculante" en los objetivos de recorte de emisiones contaminantes en la UE.