La venganza invita a veces a sentarse en el sillón para observarla con una copa de buen vino en la mano. Felipe González ha comparado en los últimos días al Gobierno con “el camarote de los hermanos Marx” y le ha acusado de pactar con los enemigos de España. Unos días después, ha ocurrido algo que le ha llamado poderosamente la atención a este Buscón. Veamos...
Como quien no quiere la cosa, el expresidente era mentado este domingo en el periódico La Razón en una noticia de impacto, firmada en Barcelona y publicada a las 8.26 horas, en la que se expone el contenido de documentos de la CIA que le relacionan con los GAL, hasta ahora encabezados por el 'misterioso' Sr. X. “González ha acordado la creación de un grupo de mercenarios para combatir fuera de la ley a terroristas”, llevaba por titulo el artículo, que, curiosamente, ni aparecía en la portada del periódico ni encabezaba su edición web, pese a su importancia.
Llama la atención que esta investigación periodística haya estado tan pegada en el tiempo al último discurso de González, en el que, entre otras cosas, criticaba el revisionismo de Podemos y apelaba a que los miembros discrepantes del Gobierno hicieran púbica su postura. Podría decirse que aquí huele a 'fuego amigo'. A un intento de silenciar al expresidente socialista y de restar legitimidad a sus críticas. “Sé que fuiste tú, Fredo. Me destrozaste el corazón”.
Una vez más vuelve a demostrarse que quien con papel y tinta mata, con papel y tinta muere
El medio que ha publicado la noticia es La Razón, el periódico dirigido por Francisco Marhuenda y tutelado desde las sombras por Mauricio Casals, quien fuera el gran hombre de confianza de José Manuel Lara en Madrid y quien tan eficiente negociador ha sido para Atresmedia. A su izquierda estuvo María Teresa Fernández de la Vega; y, a su derecha, Soraya Sáenz de Santamaría.
Papel va, papel viene, de repente alguien parece que ha hecho llegar un dossier perjudicial para Felipe González que le relaciona directamente con la guerra sucia contra ETA. Pese a que huele a venganza de los suyos -y aquí nada se asegura, pues este Buscón se limita a seguir las señales de humo-, esta vez no se ha elegido a El País para difundir la información. Quizá porque el diario de Prisa hubiera sido reticente a apuñalar a un viejo compañero de aventuras, quien tanta influencia ha tenido históricamente en sus editoriales y en su negocio.
En cualquier caso, una vez más vuelve a demostrarse que quien con papel y tinta mata, con papel y tinta muere.
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