Mariano Casado es un palentino de Otera de Guardo que ha pasado toda su vida trabajando como minero. Un oficio en extinción. Se jubiló cuando contaba 59 años y hoy ya ha cumplido los 100. En total, lleva 41 años cobrando pensión, más de los que cotizó a la Seguridad Social. “¡Ay madre, como se entere De Guindos” bromea durante una entrevista con El Norte de Castilla.
Reconoce que el trabajo en la mina por aquél entonces era peligroso, más de lo que lo es hoy en día. Con una lesión en el ojo derecho que se produjo a los veintitantos años, declara que en el tiempo en que trabajó como minero nunca tuvo un accidente grave y es consciente de que hoy en día no hubiera podido ejercer este oficio con semejante limitación.
Mariano comparte su vida desde hace más de setenta años con Aurelia Cuevas, que cuenta ya 94 primaveras. Forman parte de una generación que ha levantado la España que actualmente conocemos y que por desgracia, hoy en día vive momentos difíciles. “Ahora hay mucho paro” señala Mariano en la entrevista y cree que “la situación está muy mal, pero la cosa mejorará”.
Cuenta este anciano que en su caso, como si se tratara de una fábula, la fuerza para llegar hasta los 100 años se la dio una serpiente. “Me mordió una víbora cuando tenía 10 años, pero tuve más fuerza que ella. Devolví y eché el veneno. Eso me purificó la sangre y me ha ayudado después”. No sabemos si habrá sido cosa de la serpiente. Algo habrá tenido que ver la genética. Lo que sin duda tiene que ser un veneno es pasarte toda la vida trabajando, en un oficio como el de minero, y llegar al final de tus días cobrando 555 euros al mes de pensión para salir adelante.
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