Viaje a la cumbre del G-20. Tras 'la semana de pasión' de la Investidura, el presidente en funciones abandona la jaula del atasco institucional y emprende viaje rumbo a China. Muy raquítica ha quedado la agenda del titular del Ejecutivo en los últimos meses, habida cuenta la parálisis institucional que padece el país. Muy oportuna esta escapada internacional para huir del biotopo agobiante de la política española, sin un sólo avance en ocho meses de necias posturas, obsesiones egoístas y anhelos infantiloides.
Mariano Rajoy podrá codearse allí con los líderes mundiales, sus homólogos, gente de primer nivel que decide y que manda en el planeta, mantendrá encuentros bilaterales con el presidente de China, el de Argentina, el de Brasil, amén de contactos con representantes del ejecutivo europeo. Un escenario muy positivo y de muy eficaces réditos mediáticos para un presidente en momentos de penumbra. Rajoy sigue siendo presidente del Consejo de Ministros de la cuarta economía europea. Esta semana ha debido enfrentarse a políticos de nivel tan mediocre o tan ramplón como Pedro Sánchez o un Tardá. Esta semana estará con los grandes, entre los grandes, hablando con los grandes.
Un caso excepcional
Gran ocasión para que los medios reflejen este deambular por la cumbre mundial que tendrá lugar en la ciudad Hangzhou. Allí se desplazará un buen número de medios de comunicación españoles que se trasladarán en el avión presidencial sin tener que hacer abono alguno. El transporte será gratis para periodistas. Será un caso excepcional, comentan en fuentes de Moncloa. Esta singularidad se debe a que los periodistas que cubren Moncloa no podían seguir la información del pleno de investidura del viernes y llegar a tiempo del arranque de la cumbre de China. En vuelo regular, tal cosa no habría sido posible. De ahí la generosa y oportuna invitación de Moncloa a los representantes de los medios. Al parecer, resulta imposible que los medios enviaran a unos periodistas a cubrir el Congreso y a otros a cubrir el viaje. No se hacen así las cosas, se comenta.
La invitación, eso sí, tan sólo alcanza al precio del vuelo, no a hoteles ni otros gastos. Un gesto excepcional para un desplazamiento sumamente importante. Es preciso hacer llegar a los españoles las imágenes de su presidente en funciones codeándose con soltura con los grandes del planeta. Antaño se sufragaban sólo los gastos de la televisión, la radio y la agencia pública, es decir, TVE, RNE y Efe. Los medios privados podían recibir algún tipo de ayuda. En esta ocasión, y dadas las circunstancias tan singulares, las cosas han cambiado. Pasaje gratis total. Todos al avión de Rajoy.
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