Canarias se encuentra en estado de emergencia por la llegada de migrantes subsaharianos a las islas. El Gobierno insular ha activado el mecanismo de emergencia para acoger a los migrantes en el Puerto de Arrecife de Lanzarote por la ausencia de espacios para poder hacerlo en condiciones lógicas.
El problema radica en que la distribución de estos migrantes está bloqueada en el resto de España, causando también una obstrucción en el archipiélago... al que llegará Pedro Sánchez en agosto para disfrutar de sus vacaciones en la residencia oficial de La Mareta (Lanzarote).
Otros años siempre se ha dicho que la elección de Canarias por el presidente del Gobierno era una bendición promocional en lo turístico, sin embargo, ahora se trata de una paradoja en mitad de la grave crisis migratoria.
Que se haya escogido un recinto el Estado para los migrantes es porque el inmueble que hasta ahora acogía y gestionaba la Fundación Samu en la capital lanzaroteña no era propio de un país desarrollado como España; pero dará la oportunidad al Gobierno de Canarias de que Sánchez pueda ir a visitar durante las vacaciones las medidas de respuesta que Madrid y Bruselas toleran que se produzcan en las islas.
El presidente podría intentar desconectar de los escándalos de su partido y de su entorno en la isla a partir del primer fin de semana de agosto, salvo que haya previsto otro lugar de vacaciones o retrasar su llegada a Canarias para evitar una fotografía incómoda.
Mejoras en las piscinas en medio de una emergencia hídrica
A pesar de todo, Sánchez seguirá disfrutando de las habituales comodidades en La Mareta, que ya se está preparando para su llegada y donde se han hecho algunas mejoras como la poda de palmeras por uno de los afamados expertos de la isla en trabajos fitosanitarios o la renovación del sistema de filtraciones y de depuración "en piscina privada", singular -hay dos-, por importe de 12.805 euros.
Esto no servirá para solucionar la emergencia migratoria ni tampoco la hídrica que vive la isla, pero sí para controlar la dosis de cloro que lleva el agua que, por otro lado, carga a la cuenta de los madrileños, pues el Canal de Isabel II, empresa pública de la Comunidad que preside de Isabel Díaz Ayuso, gestiona el agua de Lanzarote.
Lanzarote se encuentra en emergencia hídrica y, de hecho, los cortes en verano a la población civil ante el visitante es uno de los motivos de turismofobia, un problema que el cariño de Sánchez por La Mareta no soluciona.
Además, la vigilancia privada del recinto también está cargada a las arcas públicas: Clece Seguridad cobra en 2024 20,31 euros la hora de trabajo de sus agentes y facturará a Patrimonio del Estado 185.239,75 euros.
La irresponsabilidad del Gobierno
En 2021, durante una de las visitas de Sánchez un mes de agosto a Lanzarote, el ahora ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, cuando era presidente del Gobierno de Canarias, despachó con Sánchez y, según la nota oficial de entonces, "le habló" de la situación de los niños migrantes, un asunto "muy sensible" y cuya solución, dijo entonces Torres, "depende de la solidaridad del resto de comunidades autónomas"; también "de las relaciones bilaterales entre el Gobierno de España y el de países como Senegal, Mauritania, Marruecos", en este caso tanto para la atención a "los menores como a los mayores".
Sin embargo, tres años después no parece que el Gobierno se haya encargado de este asunto tan "sensible" mientras que las previsiones de llegadas de niños y adultos en cayucos, según la guardia europea de Frontex, será de 110.000 personas en lo que queda de 2024.
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