El Buscón

¿Se debe llamar al orden a los militares que acudieron a la 'quedada' del pub Kitty’s?

   

Un pub irlandés vinculado a un ex alto cargo de Jordi Pujol y actual director de relaciones institucionales de Abertis, políticos, empresarios, una cena privada organizada por un alto directivo catalán nada próximo al secesionismo… y un ingrediente inesperado: tres militares. No se trata del guion de una película de suspense sobre un complot contra el desafío independentista de Artur Mas, pero casi. 

Un comensal traicionó al organizador de esa cena con invitados de prestigio en Barcelona. Y la traición transformó un evento particular y “entre amigos” –nada amigos ni próximos al independentismo catalán- en un encuentro muy comprometedor cuando ha salido a la luz pública. Empresarios, políticos, un fiscal y altos cargos del Ejército y de la Guardia Civil asistieron a una cena organizada por Juan Lanaspa en el pub irlandés Kitty’s en Barcelona. 

Se habló de la infanta, de corrupción… 

Nadie se habría dado cuenta de la existencia de estos encuentros que Lanaspa lleva organizando desde hace ocho años en diferentes lugares de la capital catalana, sino hubiera sido porque uno de los comensales lo hizo Vozpópuli. Allí se habló del caso judicial que afecta a la infanta Cristina de Borbón, de la actualidad política marcada por el desafío al Estado de Artur Mas, de la corrupción en España, de la crisis…

 El encuentro “entre amigos” no tendría mayor trascendencia si no se hubiera sabido que altos cargos del Ejército acudieron al evento y que se produjo dos días antes de que el jueves pasado Artur Mas anunciara el adelanto electoral al 27 de septiembre. Y ahí es dónde nos preguntamos si los militares pueden acudir a título personal a un evento particular donde asisten personajes influyentes en distintos ámbitos. 

El Ministerio de Defensa ha justificado la presencia de los militares porque se trataba de un “encuentro informal”, pero la actual situación política de tensión entre el gobierno catalán y el central despierta de nuevo el debate sobre si los militares tienen o no opinión propia en este asunto. O si la pueden hacer pública incluso en un encuentro distendido. Esto es lo que deben estar pensando el Inspector General del Ejército y jefe de las Fuerzas Armadas en Catalunya, el teniente general Ricardo Álvarez-Espejo, y el general dela Guardia Civil Ángel Gonzalo que acudieron al encuentro organizado por Lanaspa. Más que nada para evitar malas interpretaciones o un posicionamiento distinto al que fija el Ministerio de Defensa en la actitud de los militares ante el desafío de Artur Mas y su función de garantes de la unidad nacional. 

Los militares compartieron mantel junto con destacados empresarios y políticos influyentes: el presidente de Abertis, Salvador Alemany; el presidente dela Cámara de Comercio, Miquel Valls; el presidente de Fiatc, Joan Castells; el ex presidente de Nissan y de Mutua Universal, Juan Echevarría y Julio Rodríguez, director en España de la multinacional francesa Schneider Electric. 

Y junto a ellos el conseller de Empresa, Felip Puig –representante del ala más soberanista del Govern y dentro de Convergència Democràtica (CDC); la dirigente de Ciutadans, Carina Mejías; el diputado del Partido Popular catalán, Enric Millo; y el primer secretario de los socialistas catalanes, Miquel Iceta. También asistió el Fiscal Superior de Cataluña, José María Romero de Tejada. 

Un reparto real de actores que bien llaman la atención en el apasionante escenario político que nos espera en 2015.

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