Inédito. En el avión oficial del anunciado viaje a China del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no estará por primera vez ningún periodista de Radio Nacional de España. Nunca un Gobierno había excluido a la radio pública española por más que siempre acuda algún equipo profesional de Televisión Española. ¿Por qué Moncloa ha adoptado esta decisión? Nadie lo ha explicado todavía. Entre las emisoras de radio únicamente acudirá la SER, inmersa además en el convulso proceso empresarial con que Joseph Oughourlian se ha enfrentado drásticamente a La Moncloa, ha fulminado a cargos sanchistas de estricta obediencia debida, y ha maniatado a accionistas sin recursos que aún creen poder doblar el pulso al armenio, aunque nadie sabe con qué dinero… porque de momento no existe.
La noticia ya no es que, como siempre, Moncloa excluye de viajes relevantes a la inmensa mayoría de medios críticos con la gestión de Pedro Sánchez. No quiere fango en su avión. La noticia es la exclusión de miembros de una radio profesional que en sus días fue un riguroso ejemplo de periodismo y un ejercicio ético de la información pese a las servidumbres. Hoy RNE no es lo que era. Aquejada de una profunda crisis de audiencias y credibilidad, se ha convertido en un nicho de cargos intermedios de la radiotelevisión pública a los que Moncloa ha adocenado en sus despachos. Para eso llegó José Pablo López a la presidencia de la Corporación y un Consejo de RTVE en el que hasta Rodríguez Zapatero puso su particular piedrecita.
Las protestas en RNE han quedado prácticamente reducidas a los pasillos por el feo hecho desde Moncloa por parte de la Secretaría de Estado de Comunicación, convertida en un auténtico comisariado que solo desea crónicas pastueñas ancladas en la propaganda del régimen. A estas alturas, no hay NO-DO, pero hace tiempo que empezó a parecerlo. Oficialismo, nula transparencia, comparecencias con preguntas mínimas… a eso se ha reducido el sanchismo, ahora también si la radio que pagan todos los españoles y que está siendo despreciada y desautorizada de forma autoritaria. Cuentan que José Pablo López ha pedido árnica en Moncloa, que esto le ha desestabilizado el ecosistema de Prado del Rey, que tiene a periodistas muy cabreados y que un viaje de esas características, sin los micrófonos rojos de RNE, sólo tiene un objetivo. Ningunear a una radio pública con más medios y presupuesto que ninguna otra. ¿Castigo? ¿Apreturas del avión? ¿No son tan sanchistas como deberían? Sea cual sea la respuesta, alguien le hace ‘buylling’ a RNE.
polplancon
31/03/2025 10:29
Pero si en RNE está Josep Cuní, alias Fariseito de Tiana (no confundir con Triana), el que más tardó en aceptar la victoria de Trump en noviembre, el que deja entreoír un tono de disgusto cada vez que palabras como PP, Aznar, derecha, Rajoy, Feijóo, etc. tienen que mancillar su boca. Parece mentira que el conducator no sepa ver dónde están sus más rendidos servidores. Gabilondo (Fariseito de Donosti) solo ha habido uno y es irrepetible, por suerte para todos, y para desesperación de sus émulas (Intxaurrondo, Mendizabal, etc.).