Podemos ya no es lo que era. Ni mucho menos. Hace unos días, un podcast de eldiario.es resumía su estado: de la vicepresidencia del Gobierno al Grupo Mixto. Un viaje en caída libre desde su intento de asalto a los cielos para tomar el poder. Los morados celebran este sábado un acto de reivindicación, 'Ahora más que nunca', tras su ruptura con Sumar en el Palacio de la Prensa, un espacio con un aforo máximo de 530 personas frente a las 15.000 del pabellón de Vistalegre que llenaron en repetidas ocasiones en la época de irrupción del partido.
"Ahora más que nunca necesitamos vuestra fuerza, ahora más que nunca Podemos", escribió en X la secretaria general morada, Ione Belarra. Se espera que el partido haga algún anuncio relevante. Aunque la dirección elude responder cuando se le pregunta. En Sumar están inquietos con la deriva morada. Es cierto que "Pablo Iglesias ya no es nadie", como explica un miembro del partido, pero "todavía resuena qué dice y cómo lo dice". Y, sobre todo, está reventado a Yolanda Díaz y a los ministros no socialistas de la coalición. Podemos no perdona que tanto Yolanda Díaz como Íñigo Errejón y el resto de aliados de la vicepresidenta segunda dentro de Sumar se esfuercen en ser una suerte de marca blanca del PSOE, aceptable para la élite.
En Podemos molesta que solo ellos sean el rostro enfadado, fuerte y duro que dice las cosas como piensan que son sin importar a quién pueden incomodar. Por eso, consideran que ha habido una concertación entre Yolanda Díaz, el PSOE y los medios para destruirles. En plata; que la operación destrucción morada cuenta con el beneplácito de Pedro Sánchez. El propio Iglesias acusó a Díaz de aliarse con mafiosos para destruir a Podemos. El conflicto formal está claro.
Yolanda Díaz parte de la premisa de que para construir mayorías, y sobre todo, para llegar al poder, toca mostrarse como una izquierda asumible y no confrontar en ciertos asuntos, porque son batallas perdidas de antemano que les descartan como opción transversal. "Ellos verán. Han pasado de la vicepresidencia segunda del Gobierno al Grupo Mixto del Congreso", explica con sorna el entorno de Mónica García. La forma en la que la izquierda a la izquierda del PSOE debe relacionarse con Ferraz es clave. Es uno de los más agrios asuntos de discusión en la galaxia morada (ahora Sumar).
Ya lo fue antes de que se formara el Gobierno de coalición, cuando hubo una parte importante, con Izquierda Unida a la cabeza, que quería un acuerdo programático con los socialistas y dejarles a ellos el desgaste de gobernar. Pero enfrente estuvo Iglesias, que nunca quiso despreciar la oportunidad de demostrar que la izquierda radical podía llegar a Moncloa y gobernar con sentido para transformar. Ahora, en Podemos vigilan con lupa los pasos de Yolanda Díaz y sus correligionarios fuera de sus filas.
Podemos lleva semanas construyendo el relato de la ruptura. El objetivo es claro: por un lado demostrar a Sumar su fuerza electoral y, por otro, mantener puestos institucionales que les permita mantener foco para su partido y vía libre para continuar su carrera política, truncada por el rechazo de Yolanda Díaz y Pedro Sánchez -lo que más duele en Podemos-. Los de Ione Belarra empezaron a difundir la teoría de que igual que Sánchez les ha echado del Gobierno, Sumar puede echarles del grupo parlamentario. Y, por eso, se han anticipado. La salida de Irene Montero de Igualdad ya fue un aviso a navegantes.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación