Los policías municipales de Madrid se las prometían felices con los nuevos coches que les había comprado su alcaldesa Ana Botella. Pero la sorpresa vino cuando los agentes de más de un metro ochenta no cabían en los coches que llevaban mampara para detenidos. Este Buscón, que ronda esa estatura, comprobó que era una situación incómoda y que pasar ocho horas en esa posición terminaría con la espalda de cualquiera.
Los sindicatos protestaron, los agentes se enfadaron y por fin llegó una circular a los jefes de turno. “A petición de la Unidad de Vehículos se han llevado los coches policiales números… con el fin de ajustar los asientos. Dicha unidad les ha retirado el tope y ahora tienen más recorrido. Lo que se comunica para su conocimiento y efectos oportunos”.
La Policía ha tenido que llevar todos los coches a un taller y retirar ese tope que permite que los agentes quepan, pero que no está homologado y presenta problemas de seguridad. No pasarían una ITV, dicen los sindicatos.
Otro problema vino cuando el tema llegó a la comisión de Seguridad del Ayuntamiento. UPyD preguntó por los coches. El concejal Enrique Núñez dijo que los policías cabían y mostró una foto en la que se veía perfectamente cómo “entraba” un agente alto. Lo que no contó, según dice el sindicato CSIT y la asociación APMU, es que la foto que mostró era después de que el coche hubiera pasado por el taller tras sus denuncias.
Esos dos grupos han llamado mentiroso al concejal y le piden también que cambie la ordenanza para que se escuchen las sirenas cuando van en misión urgente. Dicen que ya se había producido un accidente por el bajo sonido. El concejal parece dispuesto a estudiar una modificación de la ordenanza correspondiente.
El problema, le dicen a este Buscón los policías de la calle, es que los jefes debían de consultar más “con los que conducimos miles de horas estos coches y nos sabemos lo bueno y lo malo. No preguntan y luego todos tenemos que pagar las modificaciones y más dinero por no preguntar”.
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