Cuentan a este Buscón algunos conocedores del episodio, que don Felipe, raudo y sin pestañear, se acercó a la mesa donde se encontraba el periodista, y no al contrario, le saludó con corrección, se interesó por su situación personal y laboral y regresó luego a su rincón, donde cenaba con un matrimonio amigo del mundo de las regatas.
Antich, como se sabe, es uno de los tres directores de grandes diarios defenestrados en las últimas semanas en una carambola sin precedentes en el mundo de la comunicación española. Junto al cambio de dirección redaccional en La Vanguardia también ha sucedido lo propio en El Mundo, con la salida de Pedro J. Ramírez y la llegada de Casimiro García, y en El País con el cambio de Javier Moreno por Antonio Caño.
El cortés saludo del Príncipe llamó poderosamente la atención ya que en los mentideros de la Diagonal y alrededores es moneda frecuente la versión de que la influencia de La Zarzuela fue determinante a la hora de que Javier Godó, conde de Godó, propietario del rotativo catalán, diera el paso de cesar a Antich por su descarado apoyo al secesionismo de Artur Mas y sus compañeros de viaje hacia el abismo. Su sucesor, Marius Carol, que durante años cubrió la información sobre la Familia Real, está muy bien visto tanto por el Rey como por el Príncipe y su desginación ha sido recibida con enorme beneplácito en la Zarzuela.
De ahí que el gesto amable del Príncipe (tan amable como cuando volvió sobre sus pasos para saludar al 'empresicario' que se le encaró en el Congreso de Móviles, entre las sonrisas de Artur Mas) haya sido objeto de chanzas y chascarrillos. "Más que un saludo afable aquello parecía un pésame", comentó malintencionadamente uno de los presentes en el comedor del local. Antich, que sigue formando parte del equipo redaccional de 'La Vanguardia' se mostró agradecido hasta la emoción con el gesto del Príncipe.
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