Nadie sabe muy bien por qué se metió Mario Conde en movidas mediáticas y menos aún por qué se mete ahora en movidas políticas, con lo a gusto que podría estar disfrutando de la vida desde sus fincas y sus negocios alimentarios, contemplando la crisis desde una burbuja acorazada. Chupó trena, sí, pero con su patrimonio no pudieron terminar.
Pero nada, el gallego se ha empeñado en saltar a la vida pública. Y quiere hacerlo, como es lógico, con el máximo ruido posible. Todo apunta a que su partido, Sociedad Civil y Democracia (SCD), se presentará a las elecciones autonómicas gallegas (21 de octubre), como piedra de toque para unas eventuales generales. Me cuentan que le ha pedido al mismísimo Silvio Berlusconi que presione en Mediaset, conocida antaño como Telecinco, para que emita antes de las gallegas la serie sobre su vida, Los días de gloria, rodada el año pasado y cuyo personaje central encarnó Daniel Grao.
¿Por qué duerme la serie el sueño de los justos? Buena pregunta. Como casi todo lo que le rodea, es un misterio, aunque ahora Conde desea más que nunca dar que hablar: quiere que se emita la serie, que la gente vuelva a discutir si se trataba de un líder destinado a comandar España o de un simple aventurero y, por supuesto, que haya debate (con él presente) al finalizar la emisión. Todo, en prime time. Muchos expertos en comunicación se han preguntado muchas veces por la suerte de esa serie y en la competencia, ídem de lienzo. ¿Por qué?
El ex presidente de Banesto conoce a Berlusconi desde los tiempos de su aventura italiana, cuando protagonizó la mayor operación corporativa privada vista en España hasta la fecha, con la venta de la española Antibióticos a la italiana Montedison. Con ese dinero, el gallego se hizo con el control de Banesto, junto a su ex amigo Abelló, al que hizo requetemultimillonario.
Mediaset es el grupo mediático de Berlusconi, otro sujeto para echarle de comer aparte. Su hijo, Pier Silvio, es consejero en España. En la presentación adjunta, se puede ver a un Conde un tanto sobreactuado, junto a Sandra Barneda, muriéndose de ganas de que llegue el momento de la emisión.
La conexión Vasile-Ariza
Merece la pena estar atentos, también, al reciente idilio Mediaset-Intereconomía. Todo el mundo sabe que Conde es tertuliano de referencia, además de pequeño accionista, en la cadena de Julio Ariza, editor que, a su vez, tiene una magnífica relación con Paolo Vasile, capo de la cadena con matriz italiana.
Últimamente hay apoyos intereconómicos a T5, en forma de ataques a la fusión A3-La Sexta, (manda narices), y también algún que otro trasiego de periodistas entre ambas cadenas.
Una pequeña clave, tal vez importante, tal vez no: Vasile es un reconocido católico practicante, al igual que un Ariza que hace de su fe religiosa bandera personal y profesional. El italiano es también híperreligioso y un declarado fan del Papa, independientemente de la programación de su cadena.
La respuesta la tiene el público ahora: ¿le apetece ver la serie sobre la vida de Conde o rechaza el oportunismo político? Y, sobre todo, ¿surtirán efecto las presiones y se emitirá antes del 21-O?
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