La liberación de los tres periodistas secuestrados hace más de 10 meses en Siria ha sido una gran noticia, para España y para el Gobierno en funciones, que ha trabajado durante meses con el CNI para que todo saliera bien. Así ha sido y la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, quiso ser la primera en dar la bienvenida a los tres periodistas a pie de escalera en la base aérea de Torrejón de Ardoz.
La idea era que la vice fuera la primera en recibirles y que después llegarán los familiares para abrazarse a ellos. Con todo el despliegue de medios y televisiones para dar cobertura a la gran noticia, Soraya quería salir bien en el foco. Pero su equipo de comunicación y protocolo no estuvo muy acertado, porque no avisó a la jefa de que no se pusiera de espaldas a las cámaras.
Un gran paraguas tapaba la cabeza de la vice, a la que era difícil de distinguir. Dio la bienvenida de espaldas a las cámaras
Con la intensa lluvia que caía en Madrid, un paraguas gigante tapaba la cabeza y medio cuerpo de la 'vice', que además recibió de cara al avión (de espaldas a las cámaras) a los periodistas. Así que su cara no se pudo distinguir en ese primer y emotivo momento de la llegada, el que han recogido infinidad de medios nacionales e internacionales.
El cabreo de la vice ha sido mayúsculo, afirman algunas fuentes del entorno de Moncloa, porque al menos visualmente no se ha puesto en valor la imagen del Gobierno, cuyo papel ha sido determinante en la liberación.
Cuando Soraya se volvió para celebrar la llegada, ya era tarde. Las cámaras enfocaban los abrazos entre los tres periodistas y sus familiares y la vice pasó a un segundo plano.
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