El Circuito de Montmeló arrastra desde hace dos años un reguero de pérdidas. El agujero es de 32,6 millones de euros para este ejercicio, el mismo montante que su patrimonio neto, una situación de quiebra técnica que se salva por las aportaciones de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, que tienen más del 85% de las acciones de la sociedad. El resto pertenece al RACC (14%).
El Circuito de Montmeló es el responsable de la celebración del único Gran Premio de F-1 en España y este 2020 podría ser el último año en el que se celebrará este evento deportivo. En 2018, las pérdidas eran tales que el Circuito debería haber cerrado, pero la Generalitat salió a su rescate aportando la mayor parte de la ampliación de capital realizada entonces y abonando el canon exigido por el fondo Liberty Media, propiedad de la F-1, con una aportación del Goven de más de 21 millones de euros. La prórroga solo contemplaba un año, dejando en el aire la celebración de un gran premio en España para los siguientes ejercicios.
Con esta situación financiera tan delicada ha llegado la dimisión del presidente de la entidad, Vicenç Aguilera, que llevaba nueve años al frente. En un comunicado, esgrimió "motivos personales" para dejar la sociedad.
Todo ello a pocas semanas de aprobarse los Presupuestos de la Generalitat, que contemplan una inversión de casi un millón de euros para mejoras internas en las instalaciones, como boxes, pistas, edificios, comunicación, sistemas informáticos y otras instalaciones técnicas. En las previsiones para los años siguientes, la inversión contabilizada en estas cuentas es nula.
Descontrol e irregularidades
Según El Confidencial, la dimisión de Aguilera se produjo en una tensa reunión donde se mostró el informe de la Intervención General de la Generalitat, publicado por El País hace un mes, que detectó diversas anomalías e irregularidades, como pluses de más de 720.000 euros, contrataciones temporales prohibidas por la Generalitat y un descontrol absoluto en el reparto de entradas gratuitas. El informe advertía de las posibles responsabilidades civiles, penales o disciplinarias a las que se podrían enfrentar los gestores. El Circuito de Montmeló dijo entonces que preparaba un plan para hacer frente a estas anomalías.
En el mismo informe se señala que la empresa estaría en "situación de disolución" tras el cierre del ejercicio 2018 debido a la imposibilidad de cortar el reguero de pérdidas que lastra desde hace años, pese a ser un evento muy seguido con un impacto económico de más de 160 millones de euros.
Sin embargo, las cuentas muestran una cruda realidad. Los ingresos no superan los gastos, mientras que los espectadores caen año tras año, motivo por el que se regalarían entradas para llenar las vacías gradas.
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