El campo catalán tomará las carreteras del Lérida el próximo 14 de febrero, según el planteamiento inicial de cara a la reunión que mantendrá la Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña con los agricultores, especialmente los dedicados a la fruta, el próximo lunes, según han asegurado fuentes de la federación a El Liberal.
El sector aún no se movilizado, como sí han hecho agricultores de otras zonas de España, como en Jaén y Extremadura, debido a los bajos precios que apenas cubren los costes de producción. En Cataluña, pese a la dramática situación, el campo no ha salido en manifestación debido a la "vergüenza", según ha explicado este martes el joven agricultor Jordi Jaume Vidal en la Comisión de Agricultura del Parlament, donde se expusieron los datos reales de un sector "en peligro de extinción".
Los datos reflejan una realidad arrastrada desde hace más de hace más de 20 años. El alcalde de Alcarràs, Manel Ezquerra, compareciente en esa misma comisión, expuso que el kilo de melocotones se liquidaba a 0,5067 euros en 2009. El precio en la última campaña de esa misma variedad de fruta ha caído casi un 60% en este tiempo, hasta los 0,2146 euros. El descenso de precios en la nectarina 'big top' ha sido aún más abultada, del 65%, desde los 0,6325 a los 0,2173 euros por kilo en 20 años.
Las pequeñas plantaciones pierden dinero
El coste de producción para estos dos productos ronda los 0,7 euros por kilo, cifras que muestran la dramática situación que se enfrenta esta actividad, vital para las zonas más despobladas de Cataluña. La diferencia es más sangrante entre los grandes y pequeños latifundios de melocotones. En las tierras con mayor superficie, los agricultores, se obtienen unos 0,03 euros de beneficio por kilo, mientras que en el peor escenario se llegan a perder 0,14 euros. Las pequeñas explotaciones no han cubierto los costes de producción en los últimos cinco años.
"Se está haciendo un concurso de ver quién aguanta más y quién pierde menos", ha asegurado Jordi Jaume con un semblante cabizbajo, que ha admitido pérdidas de unos 4.000 euros por hectárea, mientras denuncia una morosidad de hasta medio año para cobrar el producto. Tampoco lo tienen nada fácil con la banca, que al revisar las cuentas deniegan créditos, o bien exigen altos avales a cambio, como viviendas y propiedades.
El agricultor, en peligro de extinción
Durante su intervención, el joven agricultor Jordi Jaume Vidal se ha presentado este martes en el Parlament como un trabajador "en peligro de extinción" y ha asegurado que la desmoralización es la tónica del día a día en el sector. "Los agricultores tienen vergüenza de decir a sus familiares que pierden dinero, que están arruinados", ha afirmado. "Los agricultores tienen vergüenza de salir a la calle a decir que están arruinados", ha insistido.
En este sentido, ha considerado la necesidad de cambiar un sistema obsoleto, mientras ha pedido más ayudas y subvenciones, sin descartar que se fijen por ley los precios en origen, dado el escaso poder negociador de las pequeñas plantaciones. A su juicio, la cifra para contentar a los agricultores sería de un incremento adicional de 0,2 euros por kilo. "No vemos futuro ni a un año ni a tres", ha señalado.
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