Castelldefels y Gavà son la zona cero de la problemática de contaminación acústica causada por los aviones que despegan y aterrizan en el aeropuerto de Barcelona. La construcción, antes de 2026, de una terminal satélite -proyectada por el gestor aeroportuario Aena para que la capacidad de El Prat pase de 55 a 70 millones de usuarios- se traducirá en la modificación de la actual operativa, la menos perjudicial para el descanso de miles de afectados por el insoportable ruido de los aviones. A la larga e infructífera lucha de las asociaciones vecinales se suman ahora los ayuntamientos, que anuncian que trabajarán codo con codo con los activistas para evitar que la ampliación del aeropuerto sea a costa del descanso y la salud de los habitantes del entorno.
La contienda entre Aena y los vecinos no es nueva pero ofrece nuevos capítulos cada año. El constante estruendo de los aviones provoca molestias que denuncian desde 2004 varias entidades ciudadanas que se oponen frontalmente a las intenciones del Ministerio de Fomento de ampliar un complejo aeroportuario por el que pasan cada año más de 50 millones de pasajeros y que crece mes a mes.
Contra "cualquier crecimiento"
El segundo aeropuerto español es rentable, pero algunos agentes económicos y políticos barceloneses quisieran que lo fuera más. Para ello, desde instituciones como la Cambra de Comerç de Barcelona reclaman que la capacidad de El Prat crezca hasta los 90 millones.
Los afectados amenazan con volver a llevar al banquillo de los acusados a directivos de Aena y salir a la calle para colapsar los accesos a El Prat con movilizaciones y marchas lentas en coche
Ese salto supondría que el actual uso de las pistas del aeropuerto –el menos perjudicial para el descanso de los vecinos- se modificara. La alteración del actual sistema de funcionamiento de El Prat se traduciría en un incremento de las molestias de ruido que los vecinos anuncian no estar dispuestos a tolerar. Amenazan con volver a llevar al banquillo de los acusados a los máximos directivos de Aena y salir a la calle para colapsar los accesos a las instalaciones con movilizaciones y marchas lentas en automóvil como las que realizaron hace 15 años, cuando empezó todo.
La inauguración, en octubre de 2004, de la tercera pista del aeropuerto supuso el inicio del via crucis de los vecinos del sur del Baix Llobregat. Cansados de la problemática de contaminación acústica que soportan desde entonces, anuncian que se oponen con rotundidad a la ampliación del aeropuerto de Barcelona.
Apoyo institucional
Cuatro entidades y plataformas ciudadanas reclaman a Aena que no modifique la actual operativa de El Prat. Insisten en que están en contra de “cualquier tipo de crecimiento” de las instalaciones.
Miembros de las entidades Plataforma Prou Soroll, Preservemos Castelldefels, Asociación de Vecinos de Gavà Mar y Asociación de Personas Afectadas por la Contaminación Acústica de la Navegación Aérea han trabajado mucho por lograr implantar las actuales configuraciones. “Con el fin de paliar los efectos negativos sobre el territorio, como problemas de insomnio, nerviosismo y ansiedad”apuntan. A su lucha se incorporan ahora las alcaldesas de Gavà, Raquel Sánchez, y Castelldefels, María Miranda, que se reunieron con ellos la semana anterior.
La licitación de la nueva terminal satélite y un nuevo plan director "amenazan la actual operativa en pistas segregadas", consensuada con el territorio, que "ha conseguido minimizar la contaminación acústica que provoca la actividad aeroportuaria sobre los municipios de Gavà y Castelldefels”, han asegurado conjuntamente desde los dos ayuntamientos.
Los dos ayuntamientos se han comprometido actuar “de manera conjunta y consensuada” para evitar una ampliación de El Prat que altere su actual funcionamiento
En el reciente encuentro con los vecinos, las dos alcaldesas se han comprometido actuar “de manera conjunta y consensuada” para evitar una ampliación del aeropuerto que altere su actual funcionamiento.
Órgano internacional
Sánchez asegura que está a disposición de los vecinos para buscar soluciones a las “amenazas” de una futura ampliación de El Prat desde el comité ejecutivo del Airport Regiones Council (ARC), del que forma parte.
El ARC es un órgano consultivo del parlamento europeo que reúne a una treintena de ciudades y regiones que tienen en común su proximidad a un aeropuerto internacional.
Un avión sobrevuela núcleos habitados de Castelldefels y Gavà cada dos minutos. Además, las molestias afectan, en menor medida, a Sitges, El Prat, Begues y Viladecans.
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