Entre los servicios que los ayuntamientos prestan a los ciudadanos, el alumbrado público es vital. El grupo francés Citelum es líder mundial en el mantenimiento del alumbrado exterior y propiedad de la sociedad EDF (Électricité de France) en un 100%. En España, tiene contratos de gestión y mantenimiento en Barcelona, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca, Almería y Toledo. Hablamos con Carmen Muñoz, CEO de Citelum, quien, desde París, nos revela su estrategia empresarial, su compromiso con la sostenibilidad y el reciente acuerdo firmado con Microsoft.
Su grupo está presente en muchos países del mundo ¿Cuáles?
En Europa estamos en Italia, España, Francia, Dinamarca y Bélgica y, puntualmente, estamos también llevando a cabo un proyecto industrial en Eslovaquia. En América estamos en México, Brasil y Chile y con un único contrato en Estados Unidos, donde nos es más difícil desarrollar negocio. En Asia, estamos en India y en China.
¿En qué se parece el iluminado público en Asia, América y Europa?
La luz es una infraestructura fundamental que, con el paso del tiempo, está sirviendo para muchas más cosas que iluminar las calles de las ciudades. En la mayoría de casos, hoy la iluminación incluye seguridad, ayuda a la gestión del tráfico, recarga de vehículos eléctricos, etc. En todos los casos, el iluminado urbano aplica cada vez más “inteligencia” o tecnologías “smart”.
En Europa no se permite el reconocimiento facial en las calles si no existe antes un acuerdo explícito para ello, para hacer posible una protección democrática del ciudadano
¿Y cuáles son las diferencias?
Hay bastantes diferencias, a partir de dos ejes. El primer eje es la liberalización versus la regulación: algunos lugares del mundo se basan en leyes y reglas jurisdiccionales y otros se basan más en lógicas de libre mercado. El segundo eje es la búsqueda de seguridad versus la búsqueda de libertad: hay países que los que la seguridad es lo más importante. Para garantizarla, llevan a cabo mucha regulación y control. El ejemplo más claro de esto sería China, donde existen reglamentaciones del espacio público que permiten el reconocimiento facial, las cámaras, etc…
El planteamiento de Estados Unidos debe ser otro.
En Estados Unidos y Canadá, el planteamiento es liberal: todo lo que se puede vender se puede comprar. La prioridad es el negocio. En ese sentido sí que se respeta la individualidad, pero, en otro sentido, si la ciudad vende los datos de las personas no hay problema. Por ejemplo, en proyectos como el Google Toronto Sidewalks, la propuesta de Google es esta: yo construyo las infraestructuras, incluyendo el iluminado urbano, y la ciudad me permite disponer de los datos que recojo de los ciudadanos para venderles cosas. Si se requieren los datos para financiar las infraestructuras es porque Google paga por unos servicios, donde de alguna forma las personas son el producto.
¿Y Europa?
Existen elementos comunes entre los diversos países europeos. Regulamos teniendo en cuenta el RGPD, el Reglamento General de Protección de Datos, a través del cual se protege a los ciudadanos. En Europa no se permite la liberalización total. Por ejemplo, no se permite el reconocimiento facial en las calles si no existe antes un acuerdo explícito para ello, para hacer posible una protección democrática del ciudadano. Nosotros somos europeos y orgullosos de serlo.
Pero hay distintas Europas, según el país de origen
Es cierto que, en Europa, el eje seguridad versus libertad varía según los países. Por ejemplo, en Dinamarca no se aceptan cámaras en el espacio público, porque se produjo un claro rechazo de la población. En Francia, después de los atentados terroristas cada vez se registra más aceptación ciudadana del control del espacio público a cambio de seguridad. Pero en general, existen valores que ponemos por delante de los proyectos y uno de los principales es que el poder lo tienen los ciudadanos y los cargos electos por los ciudadanos. Por eso ahora, cuando las infraestructuras son cada vez más digitales, nosotros no vendemos los datos de las personas a las grandes corporaciones.
¿Son las instalaciones de alumbrado su 'core business' en Barcelona?
Si. Además, trabajamos con los semáforos, el control del tráfico y sistemas de seguridad. En Barcelona, nos responsabilizamos de la iluminación del centro, por ejemplo, la de las Ramblas. Si en esta zona hay una lucecita apagada, es nuestra responsabilidad. Recientemente, hemos llevado a cabo un videomapping sobre emergencia climática con el título Això no és un simulacre, que se proyectó en la fachada del Ayuntamiento.
En el año 2005, Citelum inauguró su primer campo fotovoltaico en Sant Fost de Campsentelles. Haga un balance.
En estos momentos, un 10% de la energía utilizada en el alumbrado es renovable y local. Para ser más sostenibles, hay que utilizar cada vez más los recursos energéticos de proximidad. Para el alumbrado, existen dos formas de aplicar la energía solar: una es instalar placas solares autónomas en las farolas, que requieren incorporar también baterías para poder iluminar de noche. Y la otra es construir una central solar capaz de emitir energía en tiempo real a la red, lo cual compensará la energía consumida de noche. Así también se evita instalar baterías, reemplazarlas y reciclarlas.
Ahora, cuando las infraestructuras son cada vez más digitales, nosotros no vendemos los datos de las personas a las grandes corporaciones.
Vemos que tiene sensibilidad medioambiental…
Tenemos que descarbonizar la economía. Un ejemplo interesante es el de Dinamarca: se proponen alcanzar la neutralidad de carbono en el 2025. En cada proyecto de infraestructuras piden a los equipos técnicos que calculen el impacto de carbono para ir retirándolo del mix energético. Claro que les favorece disponer de eólicas off-shore y biomasa, es decir, importantes recursos energéticos renovables. En Francia, la energía está descarbonizada, ya que proviene de centrales nucleares y de proyectos como el Verd Electrique Bretagne, energía verde garantizada por parques eólicos, con precios estables desde hace 15 años.
¿Aplica Citelum este tipo de políticas internamente?
En Barcelona, nuestros vehículos de intervención usan elevadores eléctricos y los camiones son de gas. En el grupo, compensamos las emociones que producimos plantando árboles.
Quizás las farolas también ayuden…
Hay que ayudar a la gente a no desplazarse tanto y que, cuando lo hagan, puedan ir adecuadamente a pie o en bicicleta. Estamos cambiando nuestros hábitos de vida, tenemos que concienciarnos de que viajar en avión es un lujo y que se precisa un turismo más responsable.
¿Qué modelo de negocio permitirá extender la energía limpia en las ciudades?
Un modelo pasa por garantizar los precios. Otro, que el mercado favorezca las energías no contaminantes, lo cual requiere una tasación apropiada del CO2. El alumbrado urbano permite generar mucha economía energéticamente limpia. En primer lugar, invirtiendo en transformar la iluminación pública a Led. En un plazo de entre 6 y 20 años, los ahorros en consumo financian la transformación. Pensemos que pasar al Led de alta eficiencia con telegestión permite ahorrar hasta un 70% en consumo energético. Cuanto más caro es el coste de la energía, más rápida es la amortización. Por otro lado, se está iniciando el cambio de un modelo de transporte energéticamente térmico a otro eléctrico.
En Francia, la energía está descarbonizada, ya que proviene de centrales nucleares y de proyectos como el 'Verd Electrique Bretagne'
En la pasada Smart City Expo, anunció un acuerdo con Microsoft para promover la plataforma 'Muse' de Citelum. ¿Cuál es el acuerdo?
‘Muse’ tiene como objetivo acoplar todas las verticales de una ciudad, más allá del alumbrado. En la Smart City Expo presentamos nuevos módulos de ‘Muse’ y su integración en la Cloud Azure de Microsoft, para sacar partido de todos los algoritmos de Inteligencia Artificial de Microsoft. Así, entre otras cosas, podremos identificar en todo momento donde hay más tráfico, donde hay más personas, cuál es la mejor ubicación de un paso de peatones, etc.
Si Microsoft tiene acceso a nuestros datos privados, podrá utilizarlos.
Microsoft nos brinda su espacio Cloud, pero no tiene derecho a la utilización de los datos. El acuerdo es compatible con la RGPD europeo y, si no respondiera en consecuencia, Microsoft tendría que salir de nuestro mercado.
¿Cuáles son las líneas de innovación en las que participa ahora Citelum?
En primer lugar, el ahorro energético. En segundo lugar, la integración de las energías renovables. En tercer lugar, la infraestructura de la iluminación como base de los proyectos Smart City: recarga, sensores y sistemas inteligentes de gestión del tráfico. En cuarto lugar, plataformas de contacto con los ciudadanos.
Alguna experiencia en ciudades que quiera destacar
Hemos aprendido mucho de Sant Cugat, donde hemos instalado la plataforma ‘Muse’ y gestionamos el centro de control de tráfico, la seguridad y la iluminación. Es una ciudad pionera, donde se instalaron las primeras farolas con detectores de presencia. En Dijon, Francia, hemos implantado una de las versiones más completas del ‘Muse’, mediante la cual el alcalde centralizó todos los servicios urbanos en un único centro de control. En Copenhague, Dinamarca, la prioridad es la movilidad de peatones y bicicletas y nuestra infraestructura refuerza la seguridad y diversidad. En Siracusa, Sicilia, también tenemos un desarrollo interesante... son muchas las experiencias.
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