El pasado 29 de enero el Sr. Torra anunció que convocaría elecciones autonómicas después de que el Parlament aprobase los Presupuestos de la Generalitat para el 2020. Ese mismo día el Govern aprobó el Proyecto de Presupuestos y lo envió al Parlament.
Cataluña ha vivido tres años instalada en la anormalidad
El último Presupuesto aprobado por la Generalitat fue el del año 2017 (Ley 4/2017, de 28 de marzo). Tras la aplicación del art. 155, hubo elecciones autonómicas en diciembre de 2017, y cinco meses después el Sr. Torra fue investido President al frente de un Govern de coalición de ERC y JxCat. En ese año 2018 no se consiguió aprobar el Presupuesto y la Generalitat funcionó con el Presupuesto de 2017, prorrogado. En 2019 tampoco se consiguió aprobar el Presupuesto y se siguió funcionando con el Presupuesto de 2017 nuevamente prorrogado. Estamos en febrero de 2020 y seguimos con el Presupuesto de 2017 otra vez prorrogado. Parece que esto, por fin, va a terminar.
Lo primero que cabe preguntarse es cómo ha sido posible que esta situación haya durado tanto. Y la única respuesta es que esto ha sido posible porque el Govern no ha dedicado ni un solo día a generar el consenso necesario para activar una herramienta tan vital como es el Presupuesto. El Presupuesto es la expresión numérica del proyecto económico-social que un gobierno ofrece a los ciudadanos. Se trata de estimar cuánto dinero se va a ingresar con los impuestos y de autorizar cuánto dinero se va a gastar en los servicios públicos. Y se trata de cómo asumir el posible déficit entre ambas magnitudes: cuánto habrá que pedir prestado y a quién se le va a pedir. ¿Cómo se puede estar tres años sin tener esto muy claro?
Que Cataluña lleve tres años sin Presupuesto da una idea del desgobierno en que está sumida. Ha vivido todo este tiempo instalada en la anormalidad. Pulverizada en guerrillas internas entre ERC y JxCat y entre los mismos integrantes de JxCat. Enfrentada permanentemente con el Estado y con la Justicia. Todos los esfuerzos se han ido en un activismo político totalmente estéril para mejorar el nivel de vida de los ciudadanos.
El propio Sr. Torra reconocía esta situación al decir que el Govern estaba roto. El President había quedado a la intemperie por la falta de apoyo de ERC ante su inhabilitación como diputado. Y reconocía que la legislatura estaba agotada. Es muy cierto. Realmente este Govern no ha funcionado como Govern de verdad en ningún momento. Y la mejor prueba de ello es que el 61,6% de los catalanes opina que este Govern es incapaz de resolver sus problemas.
¿Qué significa condicionar la convocatoria electoral a la aprobación del presupuesto?
Pero el President no quería dar por terminada la legislatura sin lavar de alguna manera la gran falta cometida: la ausencia de Presupuesto. Por eso, en estas últimas semanas, tras el acuerdo entre el Govern y los Comuns, se ha podido enviar al Parlament el Proyecto de Presupuestos 2020. Puede que estén aprobados a mediados de marzo y que se convoquen entonces las elecciones, para celebrarlas a mediados de mayo. Ya veremos.
El President ha convocado unas elecciones en diferido, supeditando la fecha de las mismas a un hecho futuro (cuya certeza no es absoluta). Esto ya es, de por sí, un acto extravagante pues deja en el aire una fecha vital para el funcionamiento del sistema y abre un período de dos o tres meses de interinidad gubernamental y pre-campaña electoral. Durante este período todos los dirigentes políticos se van a dedicar a cuidar sus intereses electorales en lugar de trabajar en la gestión de los servicios públicos. Serán varios meses con más de lo mismo.
Y si la convocatoria de unas elecciones en diferido es un acto extravagante, lo es más todavía que el hecho futuro al que se supedita su convocatoria sea la aprobación del Presupuesto. Es realmente insólito que el último acto del Parlament, inmediatamente antes de disolverse, sea aprobar el Presupuesto. Cesan el Govern y el Parlament, pero le encasquetan un Presupuesto sin estrenar al Govern entrante. Para que empiece con los deberes ya hechos. ¿Qué sentido tiene esto? Si el Govern entrante no es del mismo color político que el saliente, o si hay otros socios u otros líderes, lo normal es que no acepten ese Presupuesto y que prefieran elaborar el suyo. ¿Puede pasar esto? Nadie lo sabe. Son cosas muy raras.
Posiblemente, lo que se pretende con esto es ganar tiempo, y ello por dos razones: una para poder perfilar la figura de un candidato potente de JxCat, y otra para hacer coincidir la campaña electoral catalana con el debate de los Presupuestos Generales del Estado en Madrid. Ahí se verá hasta qué punto está dispuesta ERC a presionar a su protegido Sánchez si ERC quiere mantener sus oportunidades electorales en Cataluña. Puede que en ese rifirrafe JxCat haga alguna baza. O puede que no. También puede ocurrir que el Tribunal Supremo, en el entretanto, resuelva definitivamente el recurso interpuesto contra la inhabilitación del Sr. Torra. ¿Quién convocaría entonces las elecciones? Lo cierto es que se pasan el tiempo jugando con sus cosas, sin pensar en las necesidades reales de la gente.
En qué consiste el presupuesto 2020
El Presupuesto de la Generalitat de Cataluña (en adelante, GC) es una ley aprobada por el Parlament en la que:
Se estiman los ingresos que la GC va a obtener, principalmente con los impuestos;
Se autorizan los gastos que la GC va a realizar en la atención de las competencias que tiene atribuídas (salud, educación, asistencia social, mossos...)
Se determina la diferencia entre ambas magnitudes; que habitualmente arroja déficit y se expresa la forma de cubrirlo (pidiendo prestado).
Junto con el proyecto de Ley de Presupuestos se ha enviado también al Parlament el Proyecto de Ley de Medidas Fiscales (Ley de Acompañamiento). En esa Ley se crea el nuevo Impuesto sobre Instalaciones que inciden en el medio ambiente, se endurece mucho el Impuesto sobre Sucesiones y se endurece la tarifa autonómica del IRPF para las rentas superiores a 90.000 euros.
Como hemos dicho, respecto a los ingresos, el Presupuesto es sólo una estimación de lo que se va a recaudar, mediante la aplicación de las leyes tributarias. Nadie sabe lo que se va a ingresar de verdad. A posteriori se comprobará el acierto de la estimación. En cambio, respecto a los gastos, el Presupuesto es una autorización, que habilita a cada departamento a gastar la cantidad asignada. El gasto se va a efectuar con total seguridad.
Por eso, la primera prueba a que debe someterse un Presupuesto es la de la verosimilitud de los ingresos. Veamos cómo está este tema en los Presupuestos de la GC.
Ingresos estimados en el presupuesto 2020
Son los siguientes:
Impuestos del estado en los que la gc participa: 22.192 m
El 50% del IRPF (tramo autonómico). La AEAT recauda todo el IRPF de los contribuyentes catalanes y entrega a la GC el importe correspondiente al tramo autonómico. Este tramo es algo más del 50%, pues la GC aplica una tarifa más dura que la del Estado, sobre todo para las rentas más bajas. Esta partida, la más importante del Presupuesto de ingresos, se estima para 2020 en 11.575 millones de euros.
El 50% del IVA. La AEAT recauda todo el IVA de los contribuyentes catalanes y entrega a la GC el 50%. Esta partida, que es la segunda más importante del Presupuesto de ingresos, se estima en 7.705 millones de euros.
El 58% de los Impuestos especiales. La AEAT recauda todos los Impuestos Especiales (Hidrocarburos, Tabaco, Alcohol, Electricidad...) pagados en Cataluña y entrega a la GC el 58%. Esta partida es 2.912 millones de euros.
Impuestos del Estado cedidos totalmente a la GC: 3.663 m
Estos Impuestos son recaudados por la Agencia Tributaria de Cataluña conforme a la normativa de la GC. Aquí se incluyen el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y AJD (2.245 M), el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (611 M), el Impuesto sobre el Patrimonio (555 M) y el Impuesto sobre el Juego (252 M).
Impuestos propios de la GC: 305 m
Aquí figuran los impuestos propios de la GC. Forman una lista larga pues la GC ha demostrado una imaginación desbordante para crear hechos imponibles nuevos y gravar todo lo que se mueve, aunque con escaso fruto. Creemos que muchos de estos impuestos producen más perjuicios que beneficios a la economía catalana y deberían olvidarse de muchos de ellos.
Por orden de importancia, estos impuestos son: Estancias en Establecimientos Turísticos (ingreso estimado: 74 M), Depósitos bancarios (47 M), Bebidas azucaradas (33 M), Viviendas Vacías (14 M), Grandes Establecimientos Comerciales (12 M), Emisión Oxidos Nitrógeno (5 M), Gravamen Protección Civil (4), Activos no productivos de Personas Jurídicas (3 M).
Este año 2020 se añadirán dos nuevos impuestos propios: el más importante de todos (y muy discutido) es el de de Instalaciones que afectan al medio ambiente (Eléctricas y Telefónicas), por el que se estima recaudar 73 M. El otro es el que grava las Emisiones de CO2 de los coches, que deberán pagar todos los catalanes en noviembre de 2020, y por el que se estima recaudar 39 M. En total los Impuestos propios sumarán 305 M en 2020. Poca cosa.
Transferencias: 5.361 m
La GC recibe transferencias de dinero para fines determinados. Las principales se reciben del Estado, a saber:
Los Ayuntamientos y Diputaciones de Cataluña, como los de toda España, reciben del Estado unas cantidades muy importantes de dinero en concepto de participación en los ingresos del Estado. Junto con el IBI, son la fuente de financiación más importante de los Ayuntamientos. En el caso de Cataluña, la cantidad estimada para 2020 es 3.528 M. El Estado se la transfiere a la GC y la GC la distribuye entre los Ayuntamientos y Diputaciones. La GC actúa como mero repartidor.
Hasta alcanzar los 5.361 M estimados hay otras transferencias que se espera recibir del Estado (procedentes de los Fondos de Financiación Autonómica y de los Servicios Públicos de Empleo) y otras que se espera recibir de la Unión Europea.
Emisión de deuda
En el Presupuesto se califican como ingresos las cantidades recibidas en préstamo, principalmente del Estado. Para 2020 se estima recibir por este concepto 10.219 M. En paralelo, en el Estado de Gastos figuran las cantidades que se estima que deberán pagarse por amortización de préstamos, así como por intereses, por un total de 10.540 M.
Así pues, lo previsto en 2020 es renovar toda la deuda a medida que vaya venciendo, pero sin aumentar su saldo neto. No hay más endeudamiento. La GC continuará con su deuda de 79.000 M euros.
Dejando aparte los ingresos por Emisión de Deuda y las transferencias en las que la GC es un mero repartidor, y añadiendo pequeñas partidas de ingresos poco relevantes, el total de ingresos estimados para 2020 alcanza 28.100 M. Igual que los gastos
¿Y en qué se gasta este dinero?
Los gastos autorizados para 2020 suman un importe equivalente, siendo los más importantes, por Departamentos: Salud (9.716 M), Educación (5.672 M), Trabajo y Asuntos Sociales (3.411 M), Territorio (2.064 M), Empresa y Conocimiento (1.592 M),Interior (1.431 M, 19.000 mossos), Justicia (1.054).
El análisis del Estado de Gastos del Presupuesto es una operación laboriosa porque bajo la dependencia de la GC se incluye una auténtica constelación de centros de gasto: 5 Organos superiores de la GC, 5 Fondos no departamentales, 13 Departamentos, 22 Entidades Autónomas, 46 Entidades de Derecho Público, 27 Sociedades Mercantiles, 63 Consorcios y 33 Fundaciones. Son 214 centros de gasto. Casi nada.
En la presentación del estado de gastos del Presupuesto, se ofrecen los datos comparando lo que se va a gastar en 2020 con lo que se gastó en 2017 (último año con Presupuesto aprobado). Esto transmite una impresión de crecimiento a veces muy notable, pero es una impresión engañosa. Han pasado tres años. Ninguna empresa compara sus cuentas con las de tres años antes. Hubiera sido más correcto comparar 2020 con 2019
Los ingresos estimados son excesivamente optimistas
Ya sabemos que los gastos son de realización segura. No así los ingresos, que son una mera estimación. Y aquí es forzoso examinar si los ingresos estimados son verosímiles. Si la estimación de los ingresos es exagerada habrá déficit. Y creemos que esto es lo que va a pasar con estos Presupuestos.
La estimación del ingreso por el Tramo Autonómico del IRPF (11.575 M) es excesivamente optimista. Tenemos que compararla con el último dato cierto de recaudación, que es el del año 2018 en el que se ingresaron 9.532 M.
¿Es razonable estimar para 2020 una recaudación de 11.575 M cuando en 2018 (último año con cifra cierta) se recaudaron efectivamente 9.532 M? A nivel estatal, el aumento de la recaudación total del IRPF en 2019 fue un 4% superior a la del 2018. ¿Cuánto puede aumentar en el 2020? ¿otro 4%? Esto ya es ser muy optimista pues nadie prevé que la economía en 2020 vaya mejor que la de 2019. Pues bien, admitiendo un aumento del 4% en cada uno de ambos años, estimaríamos un ingreso en 2020 de 10.310 M. El Presupuesto sobreestima 1.265 M.
Parecido optimismo existe en la estimación del ingreso por IVA (7.705 M). El año 2018 fue récord en este impuesto (7.353 M) y en 2019 se recaudó un 1,4% menos (7.249 M). Suponiendo, y es mucho suponer, que en 2020 se recaude lo mismo que en 2019, el Presupuesto sobreestima 456 M.
Lo mismo pasa con Transmisiones Patrimoniales y AJD. Se estiman 2.245 M para 2020, es decir, un 12,25% más que lo recaudado en 2018 (2.000 M). El crecimiento estimado parece exagerado, habida cuenta de la caída del mercado inmobiliario.
Igual con Sucesiones. Se estiman 611 M para 2020, es decir, un 38% más que lo recaudado en 2018 (442 M). El crecimiento estimado parece exagerado.
Transferencias corrientes. El ingreso estimado para 2020 compara mal con el realizado en 2018 y el previsto para 2019. Habría que explicarlo mejor. Puede haber sobrevaloración.
En conjunto, parece razonable pensar que los ingresos están sobreestimados en unos 2.500 M. Dado que los gastos son de realización segura, ello significa que no tendríamos un Presupuesto equilibrado sino que se generaría un déficit de 2.500 M, que debería cubrirse con deuda.
Una aclaracion sobre el importe de la deuda publica de Cataluña
La presentación del Presupuesto recalca que la deuda de la GC, que es de 79.000 M, no aumentará. Recalca que dicha deuda representa el 33% del PIB de Cataluña (79.000 s/ 240.000). Es un porcentaje maravilloso, habida cuenta de que la deuda de España, Francia, Italia... supone más del 100% de su PIB. Debemos aclarar esto. Tomamos los datos del Banco de España, a 30.09.2019 (últimos disponibles).
Una cosa es la deuda propia de la GC y otra es la parte que le corresponde a Cataluña en la deuda del Estado. Ambas pesan sobre los ciudadanos de Cataluña. Veamos.
La deuda propia de la GC
Tradicionalmente, la GC ha venido gastando mucho más de lo que ingresaba. Así, su cuenta a pagar a 30.09.2019 asciende a 79.000 M. Hay que decir que en 2007 esa deuda era de 16.000 millones, lo que da una idea de un desaforado endeudamiento de 5.000 M anuales. También hay que decir que la GC tiene graves dificultades para pedir prestado al mercado. Por eso su principal prestamista, y a tipos de interés irrisorios, es el Estado. De los 79.000 M que debe la GC, 59.000 se los debe al Estado.
La parte que le corresponde a Cataluña en la deuda del Estado
A estos efectos, la deuda del Estado resulta de descontar de su deuda bruta (1,07 billones) el importe a cobrar que el Estado tiene contra las CCAA (180.000 millones, donde se incluyen los 59.000 que debe Cataluña). De ahí resulta una deuda de 894.000 millones.
¿Qué parte le corresponde a Cataluña en esos 894.000 millones? Si lo repartimos por porcentaje de PIB aplicamos un 19%. Si lo hacemos por población aplicamos un 16,27%. Tomemos este último porcentaje. Le corresponden a Cataluña 145.000 millones.
La suma de ambas partidas es 224.000 M. Esta es la deuda que, a 30.09.2019, pesa sobre los ciudadanos de Cataluña.
Dividido entre los 7,6 millones de catalanes, toca a 29.470 euros a cada uno. Es para pensarlo.
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