Uno de los apartados de mi artículo dedicado a mostrar la preocupante marcha de la economía catalana se titulaba, “Y el empleo pierde fuelle”. Vale la pena detenernos a examinar con más detalle cómo ha evolucionando el mercado laboral en Cataluña en los últimos años, y compararlo con el resto de España (RdE). Se ha considerado conveniente incluir también a la Comunidad de Madrid que junto con Cataluña están entre las regiones más dinámicas de la economía española. El objetivo en este primer artículo es averiguar cómo han evolucionado algunas magnitudes básicas del mercado laboral como las tasas de actividad, las tasas de empleo y las tasas de paro en las dos primeras décadas del siglo, y establecer si la confrontación entre los gobiernos de la Generalitat y los gobiernos de España han resultado beneficiosas o perjudiciales para los ciudadanos catalanes.
El tema tiene una enorme trascendencia puesto que el número y la calidad de los puestos de trabajo que la economía catalana ofrece afectan al nivel de participación de la población en el mercado de trabajo, a la posibilidad de desarrollar carreras profesionales a lo largo de la vida laboral, a la actitud con que los trabajadores acuden cada mañana a sus puestos de trabajo, y, a la postre, al consumo que las unidades familiares pueden sostener con los salarios y rentas generados con su esfuerzo. Y quiérase o no, ese nivel de consumo es lo que determina en buena medida el nivel de bienestar material y espiritual de la población en cualquier lugar del mundo, tanto en Estados Unidos como en China, bajo regímenes capitalistas o comunistas, en nuestra fallida II República del pasados siglo o en la actual España constitucional.
Las tasas de actividad y empleo en Cataluña, RdE y Madrid
Las tasas de actividad proporcionan el porcentaje de personas activas (ocupadas o paradas) sobre la población mayor de 16 años, esto es, en edad de trabajar. El Gráfico 1 muestra estas tasas de actividad en el RdE, y en las Comunidades Autónomas de Cataluña y Madrid. La primera observación es que el nivel de actividad en la región catalana se ha mantenido por encima del RdE a lo largo de todo el período. Sin embargo, se observa que a partir de 2005, la tasa de actividad ha sido inferior a la de la comunidad madrileña. El segundo comentario que sugiere el Gráfico 1 es que el diferencial entre las tasas de actividad catalanas y el RdE se ha reducido con el paso del tiempo. El Gráfico 2 muestra con toda claridad que el diferencial positivo de la comunidad catalana con el RdE se ha estrechado considerablemente a partir de 2011. Y el diferencial con Madrid se ha mantenido en terreno negativo desde 2005. Que la tasa de participación de la fuerza laboral pierda terreno respecto al RdE como frente Madrid constituye un primer síntoma de pérdida de liderazgo en el ámbito económico.
Gráfico 1. Tasas de actividad del RdE, Cataluña y Madrid, 2002-2019
Gráfico 2. Diferencial entre tasas de actividad de Cataluña con RdE y Madrid, 2002-2019
La pérdida de gas del mercado laboral de Cataluña la confirman el Gráfico 3 que muestra la evolución de las tasas de empleo, esto es, el cociente entre el número de ocupados y la población mayor de 16 años, en el RdE, en la comunidad catalana y la madrileña, y el Gráfico 4 donde se pueden ver los diferenciales de las tasas de empleo de la comunidad autónoma con el RdE y de Cataluña con Madrid. La situación se parece bastante a la observada en el caso de las tasas de actividad, ya que si bien la tasa de empleo catalana supera a la del RdE en unos cuantos puntos porcentuales durante todo el período, también es cierto que ha sido inferior a la madrileña en toda la etapa. El hecho de que un territorio tenga una tasa de empleo mayor significa que la probabilidad de encontrar un puesto de trabajo en Madrid es mayor que en Cataluña.
Gráfico 3. Tasas de empleo del RdE, Cataluña y Madrid, 2002-2019
El Gráfico 4 muestra los diferenciales entre las tasas de empleo en Cataluña con el RdE y Madrid. Como puede observarse, el diferencial con el RdE supera los 6 puntos porcentuales en casi todas las observaciones hasta 2008, en tanto que se mantuvo por debajo en la horquilla 4-6 puntos durante el período recesivo 2009-2013 y no ha logrado sobrepasarlos durante los años de expansión económica (2014-2019). De hecho, se puede comprobar que el diferencial aumentó en 2014 y que la recuperación que se observó en 2015 y 2016 se truncó de nuevo a partir de 2017. El diferencial con Madrid ha sido negativo en todos los trimestres y de nuevo la recuperación registrada durante la fase expansiva del ciclo se vio empañada por aumentos del diferencial en 2014 y 2018-19.
El Gráfico 4 muestra los diferenciales entre las tasas de empleo en Cataluña con el RdE y Madrid. Como puede observarse, el diferencial con el RdE supera los 6 puntos porcentuales en casi todas las observaciones hasta 2008, en tanto que se mantuvo por debajo en la horquilla 4-6 puntos durante el período recesivo 2009-2013 y no ha logrado sobrepasarlos durante los años de expansión económica (2014-2019). De hecho, se puede comprobar que el diferencial aumentó en 2014 y que la recuperación que se observó en 2015 y 2016 se truncó de nuevo a partir de 2017. El diferencial con Madrid ha sido negativo en todos los trimestres y de nuevo la recuperación registrada durante la fase expansiva del ciclo se vio empañada por aumentos del diferencial en 2014 y 2018-19.
Gráfico 4. Diferencial entre las tasas de empleo de Cataluña y RdE y Madrid, 2002-2019
Las tasas de paro en Cataluña, RdE y Madrid
La tasa de paro o porcentaje de parados sobre el número de activos (ocupados más parados) es el indicador sintético por excelencia que se emplea para medir el nivel de ineficiencia del mercado laboral de una economía. Una elevada tasa de paro indica que un alto porcentaje de personas que participan en el mercado laboral no han logrado encontrar un puesto de trabajo y, por tanto, no producen bienes y servicios. El valor de los bienes y servicios que los trabajadores parados podrían producir pero no producen, constituye la pérdida neta o coste social atribuible al paro.
Como puede deducirse de las elevadas tasas de paro que muestra el Gráfico 5, Cataluña, el RdE y Madrid presentan tasas de paro muy elevadas, comparables en los dos primeros casos y en algunos momentos con las registradas en Estados Unidos durante la Gran Depresión del siglo XX. Algo más moderadas son las tasas de paro de la Comunidad de Madrid que se mantuvieron por debajo del 20%, incluso en los peores momentos de las fases recesivas del ciclo. El Gráfico 6 muestra que la comunidad autónoma catalana ha mantenido un diferencial negativo (tasas de paro más bajas) con el RdE durante todo el período si bien se detecta que ese diferencial que alcanzó su máximo valor en el segundo trimestre de 2014, se redujo en el segundo semestre de 2014, volvió a crecer en 2015 y 2016, y se ha contraído de nuevo a partir del primer trimestre de 2018. Por otra parte, Cataluña ha mantenido un diferencial positivo (tasas de paro más altas) con Madrid casi durante todo el período, alcanzando sus valores máximos en el período recesivo (2009-2013), si bien la diferencia que se había recortado durante la subsiguiente fase expansiva hasta hacerse incluso negativa, ha aumentado y vuelve a ser positiva en los últimos trimestres.
Gráfico 5. Tasas de paro del RdE, Cataluña y Madrid, 2002-2019
Gráfico 6. Diferencial entre las tasas de paro de Cataluña y RdE y Madrid, 2002-2019
El mercado laboral de Cataluña pierde dinamismo
El repaso a la evolución de las tasas de actividad, empleo y paro entre 2002 y 2019 permite extraer varias conclusiones interesantes:
- Primera, el diferencial en las tasas de actividad de Cataluña con el RdE se ha reducido considerablemente; y el diferencial con la Comunidad de Madrid se hizo negativo a finales de 2004 y así se ha mantenido desde entonces.
- Segunda, si bien la tasa de empleo catalana es superior a la del RdE, el diferencial que superaba 6 puntos porcentuales hasta 2008 se ha mantenido por debajo de ese umbral desde entonces; además, el diferencial con la comunidad madrileña ha sido negativo durante todo el período.
- Tercera, la tasa de paro de la comunidad autónoma catalana ha sido inferior a la del RdE durante todo el período, pero la brecha que se abrió al inicio de la recuperación en 2014 se recortó en la segunda mitad de 2014 y 2015, y ha vuelto a recortarse en 2018 y 2019; por otra parte, la comparación con Madrid indica que las tasas de paro en Cataluña han sido mayores que las de la comunidad madrileña durante casi todo el período y la reducción del diferencial a partir de 2014 se haya interrumpido en los últimos trimestres.
En síntesis, se puede afirmar que el mercado laboral en Cataluña ha perdido dinamismo en relación con el conjunto del RdE y muy especialmente cuando se compara con Madrid, una de las Comunidades más dinámicas de la economía española. Así lo demuestran que las tasas de actividad y empleo en la Comunidad Autónoma hayan perdido terreno y, no obstante, el diferencial de la tasa de paro no haya registrado avances más decididos.
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