Ha pasado un tiempo ya desde las guerras del taxi de Madrid y Barcelona, que dejaron en ambas ciudades importantes movilizaciones entre los taxistas y los conductores de las compañías de VTC (vehículos de alquiler con conductor) e incluso huelgas, como la de 16 días consecutivos de Madrid. En la capital, los taxistas abandonaron el parón sin lograr sus pretensiones, mientras que en Barcelona se creó un reglamento de VTC que fijaba, entre otras medidas, un tiempo de precontratación de una hora.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) suspendió dicha norma, aunque en verano sí entró en vigor la obligación de precontratar los servicios de los VTC en la Ciudad Condal 15 minutos antes de los mismos establecida por la Generalitat de Catalunya. Con todo, el resultado de todo ello en Barcelona fue el abandono de Uber, una de las plataformas más populares en el sector de los VTC. Cabify, la alternativa española, se mantiene en la ciudad.
Además del asunto de la precontratación, la nueva normativa exige un registro en el que las empresas deben hacer constar los vehículos de los que disponen y que el conductor notifique cuando le llega la petición de trayecto y el momento en el que lo han empezado, entre otros puntos menos relevantes.
Nuevos competidores
Actualmente, en Barcelona conviven Cabify, los taxis, Free Now, varias operadores de coches compartidos (carsharing) y nuevas compañías de alquiler como Virtuo, que simplifican al máximo el proceso de alquilar un vehículo por días o horas. Tras la salida de Uber, las licencias de VTC en Barcelona cayeron, pero ya se empiezan a recuperar. Al cierre de agosto, según datos del Ministerio de Fomento, el número de licencias en la Ciudad Condal era de 2.141, un 3,2% sobre la cifra de agosto, pero aún un 6,2% por debajo del mismo mes del año pasado, cuando aún operaba Uber. Según un estudio de Free Now, la antigua MyTaxi, controlada ahora por el Grupo BMW y Daimler, actualmente hay en Barcelona 2.500 licencias de VTC y 11.000 taxistas.
Pese a que los taxistas consiguieron en Barcelona parte de sus objetivos con la regulación del servicio de los VTC, las nuevas tecnologías crecen a un ritmo imparable y la competencia es buena para el consumidor, con más opciones y precios más razonables. De hecho, nunca fue tan fácil moverse por Barcelona a un precio asequible. El taxi, lejos de estancarse y luchar por un modelo insostenible anclado en lo clásico, debe evolucionar.
Barcelona cuenta en este momento con 11.000 taxistas y 2.500 licencias de VTC. Nunca fue tan fácil moverse por la ciudad a un precio asequible
Esto es lo que opina Free Now, que a principios de octubre presentó un informe elaborado por PwC que proponía la implantación de nuevas medidas, entre las que destacaba la liberación de las licencias de taxi en Madrid y Barcelona, para flexibilizar el sector del taxi y afrontar los desafíos propuestos por la nueva competencia.
Flexibilización
El estudio analizaba también el impacto que tendría una flexibilización de las tarifas de los taxistas con precios máximos y mínimos, el uso del taxi compartido, la revisión de las restricciones que imponen límites geográficos y la flexibilización de las jornadas y turnos de trabajo. Finalmente, se concluyó que estas medidas podrían tener un impacto positivo para los usuarios de 208,6 millones de euros entre Madrid y Barcelona.
“Es necesaria una flexibilización de la regulación para afrontar los desafíos del sector, hacerlo más sostenible, mejorar su competitividad y encarar la movilidad urbana del futuro”, dijo Jaime Rodríguez, director de Free Now en España, durante la presentación del informe. Según Rodríguez, las antiguas medidas de restricción que protegían a los taxistas han quedado obsoletas y dificultan su competitividad delante de los nuevos operadores.
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