El Liberal - Opinión

Nada garantiza el Mobile 2021

A estas horas ya vuelve a haber habitaciones de hotel disponibles en Barcelona entre el 22 de febrero al 1 de marzo. Hace pocos días un hotel de tres estrellas

A estas horas ya vuelve a haber habitaciones de hotel disponibles en Barcelona entre el 22 de febrero al 1 de marzo. Hace pocos días un hotel de tres estrellas a 20 kilómetros de Barcelona cotizaba a 300 euros la noche, más cerca de la Ciudad Condal no había nada disponible.

Tras el impacto del anuncio de la suspensión del Mobile World Congress (MWC) lo peor está por venir, los contratos de trabajo que el día 21 estaba previsto firmar, 14.000 ya no se firmarán. La llegada de visitantes del tipo de los que en Barcelona escasean, o sea, profesionales con alta capacidad de gasto frente al turismo de low cost al que tanto se desprecia desde la administración y, quizás, ahora valorarán un poco más.

Lo del Mobile no es un tropiezo, es otro descenso en el camino de decadencia de Barcelona. Y los responsables son aquellos que han propiciado esa decadencia. Tan responsables fueron Maragall y Samaranch del éxito Olímpico como lo son Colau, Torra, Puigdemont y Mas de la caída sin fin de Barcelona.

La agencia del medicamento se fue, los VTC se prohibieron, Colau nunca se creyó el Mobile quizás porque pensó que era un evento garantizado y que podía posturear, los mismos que se manifestaban en Vía Layetana contra el Rey ahora hace un año mientras se inauguraba el Mobile en el Palau de la Música hoy se rasgan las vestiduras, el atentado de agosto del 2017, las manifestaciones constantes que alejaron al turismo nacional de Cataluña y finalmente la kale borroka de otoño del 2019 con el colofón de la suspensión del Mobile. Todo es, paso a paso, un retroceso económico de Barcelona que ya lleva años en marcha. 

Tan responsables fueron Maragall y Samaranch del éxito Olímpico como lo son Colau, Torra, Puigdemont y Mas de la caída sin fin de Barcelona.

Marsella o Montreal son ejemplos de ciudades que quisieron ser y fueron para luego apagarse poco a poco, Barcelona insiste en sumarse a esa lista. No es hacer leña del árbol caído preguntarse hoy si el MWC, tal como lo hemos conocido, se celebrará nunca más. Algunas de las empresas que anunciaron a primera hora su retirada quizás lo hicieron para obtener un plus de notoriedad y nunca pensaron que la Feria se fuera a suspender. Les siguieron tantos que si su objetivo era sobresalir han fracasado.

Las empresas que tenían previsto presentar novedades en Barcelona deberán buscar otras formas y lugares de poner en escena sus productos y Barcelona debe temer que esas nuevas formas de presentaciones y ubicaciones sean exitosas. Si es así hay un porcentaje elevado de posibilidades que el congreso nunca vuelva a ser lo que era.

Es posible que las múltiples teorías de la conspiración sean solo especulación y que el temor sea el único motivo de la suspensión. En realidad da igual, las consecuencias son funestas para Barcelona y para España.

El MWC ayuda a que nuestros ingenieros no tengan que emigrar a US, Japón o China, permitía financiar investigación y desarrollaba la industria financiera

Alrededor del Mobile miles de emprendedores, empresas locales, compañías auxiliares hacían contactos y cerraban proyectos y contratos que daban pie a la creación de un universo de empresas que ayudaban a que Barcelona, poco a poco, tuviera un tejido de empresas que ocupaban a gente cualificada.

El MWC ayuda a que nuestros ingenieros no tengan que emigrar a US, Japón o China, permitía financiar investigación y desarrollaba la industria financiera. El certamen transformaba la epidermis económica de Barcelona, aunque Colau solo viera a ejecutivos con chistera y puro.

No solo el miedo o el exceso de celo es responsable de la cancelación de la Feria. España es un país con la diplomacia más antigua del mundo pero sin ningún desarrollo en diplomacia económica.  

España es un país con la diplomacia más antigua del mundo pero sin ningún desarrollo en diplomacia económica.  

El nuestro es un país risible por parte de todos, los belgas o los alemanes denegando eurordenes que no se negarían a otras naciones de Europa. La suspensión del Mobile en París, Londres o Berlín hubiera provocado por parte de Macron, Johnson o Merkel una actividad frenética para evitar la suspensión del certamen. Aquí nuestra hidalguía nos ha llevado a una reacción autodefensiva.

Tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. Un día, no muy lejano, recordaremos con nostalgia que durante unos años tuvimos cada año una Exposición del ’29.     

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