Siempre he dicho y en estos tiempos que vivimos es necesario e incluso imprescindible repetirlo una y otra vez. El triunfo del secesionismo no llegará por el apoyo que obtenga en Cataluña si no por la complicidad que consiga en el resto de España.
Durante años los medios de comuncación catalanes han preguntado a cualquier entrevistado, tanto cantantes, actores, deportistas,... por su opinión sobre "el problema catalán". Famosos que se ven sorprendidos y salen del envite con amabilidad comprensiva, para estos casos siempre fue bien defender el dret a decidir. Salida ideal para el "bienqueda". En el pasado hubo algún caso del que se decía una cosa en Madrid y otra en Barcelona, pero con redes sociales e internet en general esta salida es imposible para el famoso que únicamente quiere promocionar su proyecto profesional y salir vivo en el intento. Ahora es muy frecuente que el invitado ponga como condición para dar la entrevista el veto a ciertas preguntas, que es lo mismo que decir que ya no hay entrevista. Sólo hay que comparar cualquier programa de radio o televisión de hace 10 años y ahora. Vemos menos entrevistas a celebridades y más tertulianos o colaboradores afines.
El siguiente paso fue conseguir adeptos a la causa en el resto de España y si son de izquierda mejor: así se logra crear el marco mental de que es únicamente la derecha rancia y casposa la que paraliza el resurgir de una una nueva nación.
Desde el 2012 multitud de medios de comunicación han contratado a los Cotarelo, Losada, Talegón, Ekaizer... Algunos con mutaciones sorprendentes, como si el contacto con Cataluña produjese una epifanía. De la complicidad al apoyo ferviente en un plis plas.
El asunto es buscar cualquier personaje que avale la deriva independentista. Llama la atención la presencia recurrente en ciertos medios de Baltasar Garzón para hacerle las mismas preguntas y claro, pasa lo que pasa. Recientemente el exmagistrado de la Audiencia Nacional afirmó que "Era viable que Puigdemont volviese a Cataluña sin ningún riesgo". Objetivo conseguido, titular y que corra como la pólvora.
¿A cuánto va el kilo de cómplice secesionista? En especial ahora cuando todo ha derivado en un Gobierno español, donde las voces que susurran al presidente Sánchez son las que son.
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