Los vecinos del barrio más inseguro y peligroso de Barcelona, El Raval, dan de nuevo su voz de alarma. Ha pasado un mes de la movilización de 'Tsunami vecinal', pero la situación "ha ido a peor". El Ayuntamiento, regido por Ada Colau y Jaume Collboni, no reacciona e incluso en respuestas oficiales, a las que ha tenido acceso El Liberal, pide a los residentes no molestar a las mafias de prostitución y narcotráfico para "no crear conflicto".
Tirar piedras a las viviendas y clavar jeringuillas son las nuevas amenazas de las mafias del narcotráfico y prostitución que controlan esta parte del Raval durante los últimos días, en plena campaña electoral.
"El barrio ha ido a peor" un mes después de la masiva manifestación vecinal, que unió a vecinos de 22 barrios de Barcelona para denunciar las muertes violentas, casi una veintena desde el inicio del año; robos, incivismo y peleas constantes entre integrantes de las mafias. Hace unos días, vecinos del Raval pidieron al Ayuntamiento, regido por Ada Colau y Jaume Collboni, retirar sillas y sillones de las aceras utilizadas por las mafias para tener controladas a las meretrices.
"Del señalamiento a las advertencias directas y agresiones. Con esto nos toca ahora luchar", ha afirmado una de las vecinas afectadas por la inseguridad, que han aparcado las diferencias ideológicas para unirse y tratar de arrancar una solución política. La inseguridad sigue siendo la principal preocupación en el barrio pese a las promesas del PSC de arreglarlo, mientras empresas de reparto ya han decidido no dar servicio a parte del barrio.
Retirar muebles genera un conflicto
"Le informamos que las sillas de referencia son propiedad de las prostitutas que operan en esta calle, no están abandonadas y el retirarlas generaría un conflicto", ha sido la respuesta del Ayuntamiento en una comunicación oficial a la que ha tenido acceso El Liberal. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento agradecía la denuncia de los residentes. "Consideramos que es muy importante que la ciudadanía participe y colabore activamente con el Ayuntamiento para mejorar los servicios municipales y a la convivencia de la ciudad, añadía la respuesta oficial.
Otra de las denuncias se centraba en el consumo de drogas en la calle. De nuevo, el Consistorio respondía con evasivas a pesar de las "múltiples llamadas recibidas a diario". "Queremos comunicarle que las acciones que usted comenta son denunciables, siempre y cuando sean comprobadas por los agentes", señalaba el Ayuntamiento. "La Guardia Urbana es un servicio de emergencia y son múltiples las llamadas diarias por este motivo, sobre todo por las noches, y por tanto no se puede garantizar una presencia estable y fija en todas las calles del Distrito para corregir las acciones incívicas", han señalado desde la institución gobernada por Colau y Collboni, que pide a los vecinos llamar al 112 o al 092.
Tras publicarse esta imagen en Twitter, las mafias pusieron las jeringuillas en los interfonos y el Ayuntamiento les pidió una reunión urgente, a la que acudieron consejeros de distrito de Barcelona en Comú, como Natalia Martínez, cuya única petición se centró en tener el contacto del vecino a la que tiraron piedras desde la calle a su domicilio.
"Han cruzado la línea roja", ha denunciado Iván Rivera, presidente de la Asociación de Vecinos Illa RPR (Robador, Picalquers y Roig), en una entrevista a El Liberal. "A un vecina le han tirado piedras contra su ventana", ha afirmado Iván Rivera, presidente de la Asociación de Vecinos Illa RPR, una asociación Este grupo de vecinos se encuentra en uno de los triángulos más conflictivos del barrio, el formado por las calles Robador, Picalquers y Roig.
Casi cada noche aparecen los consumidores de drogas para pincharse en la puerta de los portales y parques. "En este barrio hay dos narcosalas, una privada, donde suministran las jeringuillas pero no permiten el consumo en el interior de sus instalaciones. "La gente se pincha donde quiere", ha destacado. La respuesta desde municipal es que "están saturados" y "no hay espacio" para albergarlos a todos.
Colau permite la ocupación de pisos
Con otra consejera del PSC al frente, Rivera ha señalado "se limpió de prostitución la calle de Robadors". Se consiguió "cerrando los chiringuitos, utilizando la ley de tanteo y retracto, y se les echaba", ha señalado. Con Ada Colau, el Ayuntamiento de Barcelona ha hecho uso de esa ley para comprar pisos pero "los tiene vacíos" y son ocupados por las mafias. "Si hay una ocupación somos nosotros quienes denunciamos", ha señalado.
"Han venido dos veces a ocupar los bloques 41 y 43" y Colau ha tardado en echarles de estos pisos. "Es muy permisible", ha denunciado. A su juicio se han cerrado por ahora narcopisos de mafias dominicanas y paquistaníes, pero aún faltan más por desmantelar. "Son cierres determinados", ha considerado Rivera. Pero el problema se centra en los consumidores de droga, quienes se pinchan en plena calle dejando las jeringuillas en el suelo o en los parques, como ha ocurrido en la plaza de Salvador Seguí, junto a la Filmoteca de Cataluña y varios locales del Ayuntamiento.
De los narcopisos a los camellos
"La droga se está vendiendo en la calle y los drogadictos se pinchan en los parques", ha añadido Rivera. "Han cruzado la línea roja tras las quejas puestas ante el Ayuntamiento", ha señalado. "Nos han clavado cinco jeringuillas en el interfono", ha lamentado. Esto ha ocurrido esta misma semana, mientras siguen apareciendo jeringuillas en la calle. "Llamamos a la Guardia Urbana", quienes nos dicen que "tienen algo más movilidad de actuación", pero "la verdadera solución pasa por la política".
"Mis hijos me dicen que lo deje", ha comentado, pero seguirá luchando por la convivencia vecinal en el barrio a sus 70 años.
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