Beatriz Silva (Chile, 1969) se presenta en su cuenta de Twitter como periodista, federalista y feminista. Es fundadora del grupo Federalistes d'Esquerres y hoy ejerce como diputada independiente en el Parlament por la lista del PSC. Volcada en cuestiones netamente sociales, suyo es también el control parlamentario de los medios de comunicación públicos catalanes. Una cuestión en la que se muestra especialmente beligerante.
Un 21,3% de quienes viven en Cataluña lo hace por debajo del umbral de la pobreza. Usted ha criticado en Twitter que TV3 no dedica apenas espacio a cuestiones como esta, mientras que sí lo hace a otras menos urgentes como la lengua. ¿Es una prueba de la politización del medio?
El medio está totalmente escorado y el espacio que le da al monotema, al procés, es desproporcionado. Está claro que en Cataluña tenemos un problema político grave pero TV3 solo habla de eso y deja al margen otras cuestiones que son igual de importantes y que seguramente afecten más a los ciudadanos. No podemos olvidar que Cataluña, por ejemplo, ha sido pionera en recortes, que tiene las listas de espera más largas de España, que tenemos el mayor grado de pobreza de los 15 últimos años... Sin embargo, TV3 nunca abre un informativo con estas cuestiones. Son temas cubiertos que se cubren con una sábana blanca. El procés es siempre la noticia del día. Tenemos el ejemplo del programa FAQS Preguntes Freqüentes. Es un programa que dura cuatro horas y que, en teoría, se dedica a temas de actualidad que preocupan a los ciudadanos. Pero la realidad es que son cuatro horas semanales en las que solo se habla del procés.
El 'procés' lo ha invadido todo.
Eso está claro. En TV3 hay más que politización. Hay una planificación para hablar solo de eso y condicionar así el debate político. Pero la realidad es que la situación social se ha agravado muchísimo en los últimos años en Cataluña y eso pasa totalmente inadvertido. Le pongo otros ejemplos como los programas Sense Ficció y 30 minuts. Son programas que, en teoría, deben servir para emitir reportajes en profundidad. Se dedican también a temas relacionados con el procés y, sin embargo, lo relacionado con lo social se ve relegado a cosas muy puntuales. De los problemas sociales de Cataluña no te enteras por TV3. Tenemos dramas como la pobreza o el acceso a la vivienda, pero nunca los vemos en TV3. Es curioso que también estén muy centrados en asuntos como la Cataluña del campo. No digo que esté mal pero sí que me llama la atención.
Reflejan lo que es para el independentismo la Cataluña ideal.
Sí, es así. Hay cuestiones de plena actualidad muy preocupantes, como la violencia machista, que tampoco reciben el tratamiento que deberían recibir. En este caso, por ejemplo, el día contra la violencia machista emitieron algunos espacios de sensibilización dentro de los informativos, pero resulta que la red de atención a las víctimas en Cataluña llega solo a 1 de cada 10 mujeres que se estima que están afectadas.
En Cataluña solo hay ocho servicios de atención a las víctimas de la violencia machista y solo se atiende a una de cada 10 mujeres afectadas. Pero esto nunca sale en TV3
Hay solo 8 servicios con 59 profesionales para todas las víctimas. Estos datos deberíamos conocerlos a través de los medios públicos, pero no sucede así. Se podría entrevistar a las víctimas, a los profesionales que las atienden... Le hablo de algo que es prioritario, que es una preocupación social de primer orden. Pero TV3 pasa de largo. Todo lo que suponga poner el foco en la inoperancia del Govern se esconde.
El pasado domingo el ex presidente Jordi Pujol reapareció en el programa '30 minuts', hablando sobre cooperación internacional. Usted no solo lo ha criticado sino que, incluso, ha presentado una batería de preguntas en el Parlament.
¡Es que Pujol está relacionado con el caso de corrupción más grave desde que se recuperó la democracia en Cataluña! Gobernó durante 23 años y está implicado en casos de corrupción. Y no solo él. Sus hijos, su mujer... Se calcula que acumularon más de 290 millones de euros de forma irregular. Y en 2014 él mismo reconoció que tenía una fortuna oculta. ¿Cómo es posible que TV3 no haya dedicado nunca ni un solo programa a tratar esta cuestión en profundidad? Invisibilizan sus problemas de corrupción y ahora lo hacen reaparecer en un programa hablando de cooperación internacional. ¡Es una burla! Es cierto que no se blanqueó su figura, pero, el hecho de aparecer en un programa así, sí que es un blanqueo. La realidad es que él nunca ha aparecido en TV3 para explicar sus escándalos. Además, en rigor, no es un ex presidente, puesto que tuvo que renunciar a sus privilegios por estos casos de corrupción.
En el mismo programa, el actual consejero de Acción Exterior, el republicano Alfred Bosch, dijo que los recursos en Cataluña son limitados y que "aquí también hay necesidades". ¿No le suena a ese "primero los de casa" tan asociado a los partidos de extrema derecha?
A mí no me dio esa impresión. Pujol también dijo que no ayudaban porque Cataluña estaba ahogada económicamente. Dejan ver que, sin el supuesto expolio, sí habría dinero para cooperación. Y, la verdad, no es extraño que no dediquen dinero al tercer mundo porque eso es cosa de la izquierda. En cuanto al consejero de Acción Exterior, hay que tener en cuenta que quien dirige realmente el Govern son los descendientes de Convergencia. Es un gobierno con una participación de la derecha que ha gobernado siempre en Cataluña.
Además de diputada, usted es también periodista. En la era de las 'fake news', ¿cómo ve la situación de la información en Cataluña?
Aquí ha habido periodos con muchas fake news. Incluso, hubo una implicación de Rusia alentando el procés en redes sociales. Se han estado creando informaciones y estados de opinión en base a cosas que no eran ciertas. Pero, para mí, el problema no son tanto las fake news sino el hecho de que haya gente que quiere creer esas cosas. Los que se movilizan por el procés son personas con un buen nivel cultural, de clases media y media-alta. Y, sin embargo, se creen esas noticias. Además, hay un discurso que no es ni objetivo ni neutral. Y eso lo vemos en los medios de comunicación públicos. Y, a la vez, ves a independentistas que no quieren esta TV3. Pero hay una parte muy extremada que solo ve eso. Luego tienes a los medios privados y a los digitales. Están cargados de subvenciones. Ahí está la radio del grupo Godó, emitiendo solo información del procés.
Hay gente que solo lee o escucha medios que les dicen que los independentistas tienen la razón. Les venden que es la única verdad
Aquí hay gente que nunca lee un medio o escucha una radio que no les diga otra cosa que no sea que los independentistas tienen razón. Les venden que es la única verdad y que ellos tienen la razón. Esto lo vemos claramente cuando, por ejemplo, hablan del respaldo internacional al procés. Si las opiniones son a favor, se les da mucha relevancia. Si son en contra, no se habla tanto. Así, se crea un estado de opinión en el que ellos creen que realmente el procés cuenta con un amplio apoyo internacional. Lo mismo sucede con la sentencia del 1-O. Hay mucha gente que no es independentista y piensa que las condenas han sido muy severas. Los partidos independentistas deberían reconocer también que hicieron algo mal. Sería fundamental que todo el mundo reconociera sus errores, pero esto es muy difícil. La sociedad catalana está muy polarizada y, en esta situación, partidos como Ciudadanos no ayudan porque han avivado el conflicto. También hay quienes piden que los partidos independentistas sean ilegalizados. Eso solo lograría que se radicalizaran aún más.
¿Están la mayoría de los medios catalanes volcados con el independentismo?
La verdad es que los medios de comunicación locales han dado voz a los independentistas y los españoles han hecho lo mismo con los extremos. A veces, da la sensación de que esto es el Ulster, cuando en realidad no es así. Es también perjudicial que la gente que es capaz de ver los grises, no solo el negro o el blanco, no tenga voz en TV3. Si entrevistan a alguien que represente a un partido español, te encuentras con que es un radical como Javier Ortega Smith (Vox). Te dicen que es que ahora tienen 52 diputados. Pero la realidad es que antes lo entrevistaban cada dos por tres. Sin embargo, la gente que tiene opiniones matizadas no sale nunca. El Consell de l'Audiovisual de Catalunya (CAC) hizo un estudio en el que se demostraba que el 91% de los entrevistados en TV3 en temas relacionados con la política eran independentistas. Y es que siempre han estado escorados y se han empeñado en mostrar una imagen de la Cataluña ideal y folclórica, obviando que la mitad de la población catalana vive en el área metropolitana. Yo diría que, en general, en TV3 siempre ha habido un sesgo sociológico. Se muestra solo lo que Pujol deseaba que fuera Cataluña. Solo salen catalanes de toda la vida, que hablan únicamente en catalán y que hacen castells. Y se presenta a los que vienen de fuera como si fueran un bloque, cuando, en realidad, la mayoría tiene vínculos con catalanes y viven las tradiciones de los dos lugares. Sería bonito que TV3 reflejara esa realidad.
Usted se presenta como feminista militante. ¿Qué es el feminismo en la España actual?
Se ha convertido en un de los principales motores de cambio en España. Las grandes movilizaciones a raíz del 8-M o de protestas por sentencias como la de La Manada demuestran que el movimiento global que ha cobrado fuerza también tiene manifestaciones importantes en España. Esas movilizaciones están permitiendo cambios importantes para lograr la igualdad entre hombres y mujeres. También para eliminar la discriminación que sufren las mujeres.
Que el feminismo sea un motor de cambio y progreso está provocando una reacción de fuerzas retrógradas
Ahora bien, el mismo hecho de que el feminismo sea un motor de cambio y progreso hacia políticas que tomen más en cuenta los derechos humanos, porque los derechos de las mujeres también lo son, está provocando una reacción de fuerzas retrógradas. Eso explica el nacimiento de movimientos y partidos políticos como Vox, que focalizan en el movimiento feminista y en las mujeres su intención de evitar que las políticas progresistas en general avancen. Es algo que afecta a las mujeres, a los inmigrantes y al colectivo LGTBI. El mismo hecho de que el feminismo sea una fuerza que impulsa el cambio está provocando que los movimientos retrógrados cobren fuerza.
Entramos en una nueva etapa con el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos en relación a Cataluña. Ustedes llevan años reclamando una solución dialogada. ¿Pasa esa solución por la celebración de un referéndum de independencia?
El PSC, desde que está Miquel Iceta al frente, siempre ha planteado que haya una consulta o un referéndu sobre un acuerdo. Parece que es algo nuevo pero no es cierto. Siempre se ha pedido que todas las fuerzas políticas se sienten a dialogar, busquen una salida a la crisis política que vive Cataluña y que ese acuerdo se someta a una consulta o ratificación por parte de la ciudadanía. El referéndum que plantean las fuerzas independentistas sobre un sí o no a la independencia no tiene nada que ver con lo que plantea el PSC. Personalmente, yo nunca he sido partidaria de que haya un referéndum. Cuando fundamos Federalistes d'Esquerres, había una parte de gente que sí apoyaba ese referéndum como una manera de desbloquear el conflicto. En realidad, lo veían como una manera de desencallar la situación. Yo nunca estuve en ese grupo porque creo que un referéndum es algo que pone a la ciudadanía ante una opción binaria. Tener que decidir entre que haya un ruptura o el statu quo, evita buscar una solución intermedia que satisfaga a una parte amplia de la población. Tanto en una como en otra opción, hay una mitad de la población que queda descontenta.
Los federalistas quieren una salida pactada y que haya un acuerdo que permita hacer frente a algunas reivindicaciones independentistas
Creo que ahora, dentro de los federalistas en general, cada vez son menos los que ven el referéndum como una forma de solucionar esto. Lo que se ha vivido estos años ha demostrado que la polarización ha ido en aumento y, en general, los federalistas lo que quieren es una salida pactada y que haya un acuerdo. Ese acuerdo debe permitir hacer frente a algunas reivindicaciones de los independentistas porque algunas son legítimas, como el tema de la financiación o la cuestión de la lengua. Pero el tema está tan politizado que, ahora mismo, es difícil hablar de una reforma federal y de avanzar hacia un modelo de España diferente. Todo está envenenado por el debate identitario y es difícil avanzar. Pero la respuesta es que el PSC no quiere un referéndum de independencia, pero sí que, en el caso de que haya un acuerdo, sería una buena idea que se someta a consulta de la ciudadanía porque, en el fondo, esto sería un gran respaldo.
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